

En medio de la fuerte discusión por la Ley de Emergencia en Discapacidad, un mensaje publicado en la red social X (ex Twitter) generó indignación en el arco político y social. Daniel Parisini, más conocido como “el Gordo Dan”, referente libertario que quedó fuera de todas las listas de Javier Milei, reapareció en escena con un ataque personal y grotesco dirigido al senador cordobés Luis Juez y a su propia hija.
“El Gordo Dan” escribió: “Luis Juez le acabó adentro a una mujer que no era su esposa y tuvo una hija. No se hizo cargo de la nena hasta que la justicia lo obligó. Y ahora la usa para hacer política poniéndole palos en la rueda al plan para sacar de la miseria a los argentinos del presidente Milei”. El posteo, cargado de violencia verbal, se convirtió en tendencia por el tono ofensivo y por involucrar directamente a la hija de Juez, quien tiene una discapacidad.
Luis Juez le acabó adentro a una mujer que no era su esposa y tuvo una hija. No se hizo cargo de la nena hasta que la justicia lo obligó. Y ahora la usa para hacer política poniéndole palos en la rueda al plan para sacar de la miseria a los argentinos del presidente Milei. pic.twitter.com/3vVLnDp2Vb
— DAN (@GordoDan_) September 4, 2025
Más allá de las diferencias políticas, lo que Parisini decidió exponer públicamente cruza un límite inaceptable. El debate sobre políticas públicas no puede convertirse en excusa para atacar la vida privada de las personas ni mucho menos utilizar a una hija en condición de discapacidad como argumento político. El repudio fue inmediato en redes sociales y entre dirigentes de diferentes partidos, que coincidieron en señalar la bajeza del comentario.
Cabe recordar que Luis Juez, senador nacional por Córdoba del PRO, ha acompañado la mayoría de las iniciativas de Milei en el Congreso e incluso ha declarado públicamente sentirse su amigo. Sin embargo, decidió no acompañar al oficialismo en la votación de la emergencia en discapacidad, justamente por su compromiso personal con el tema y por su propia experiencia familiar.
La publicación de Parisini no solo resulta ofensiva en términos personales, sino que además banaliza el sufrimiento de miles de familias que enfrentan las dificultades de la discapacidad. El señalamiento con tintes de escarnio personal no aporta al debate democrático y sí revela la degradación de una parte del discurso político en redes sociales.