

“Belén”, el segundo film dirigido por Dolores Fonzi, relata en primera persona la “discriminación del Estado con las mujeres”, tal como describió la artista quien, además, reveló que la pieza será parte del Festival de San Sebastián.
En diálogo con Carolina Fernández, en Contando los días, por Splendid AM990, Fonzi contó que la idea llegó a sus manos “por parte de la militancia”, ya que la historia se centra en una joven tucumana que, al presentar dolores abdominales, recurrió al hospital y, tras una serie de cuestionables eventos, fue acusada de cometer un aborto ilegal y terminó presa.
En la conversación a corazón abierto, la directora recordó: “La metieron presa en 2016, me enteré y en la entrega del premio platino a mejor actriz por La Patota, subí al escenario con un cartel que decía ‘Libertad para Belén’ y dije ‘Porque Belén somos todos, sin libertad no somos nada’”.
En llínea, contó que durante el eventó se refirió a “la discriminación del Estado hacia las mujeres y los derechos reproductivos”. Así que los presentes, “en ese momento se preguntaron ¿Quién es Belén?. Ahí estaba presente Leticia Cristi, que ahora es productora de la película”.
“Al tiempo salió el libro de Ana Correa. Leticia compró los derechos del libro, los mandó a desarrollar. Después estrené Blondie y se dieron cuenta que puedo dirigir. O sea, me habían pensado para que haga del personaje de la abogada y después se dieron cuenta de que puedo actuar, dirigir y escribir”, continuó la artista.
Respecto al argumento del film, explicó: “Va a la guardia para que la ayuden y termina presa a partir de la justicia por mano propia de parte de la gente que trabajaba en el mismo hospital, que a su vez estaba policializado, médicos sin secreto profesional y con todo un juicio ya concebido en la primera instancia. La juzgaron desde el momento cero”.
Así que consideró: “Es fundamental usar el aparato cinematográfico en función de las historias que necesitamos ver, pero que eso funcione. Apunté a hacer una película que guste, entretenga, mantenga en vilo, a la vez que informe y emocione”.
Asimismo, Fonzi hizo hincapié en la necesidad de sostener algunas pinceladas, incluso, de humor: “Cuanto más humanidad haya, más gracioso es porque nos podemos reír de nuestras propias tragedias cotidianas, de las dinámicas familiares y de las pequeñas cosas”.
“Lo importante de la película, más allá de la pretención estética que no olvida que es cine y precisa contar la historia, es que cualquier persona se pueda identificar con la sensación de injusticia y querer cambiar eso”, añadió la actriz.
“No es un retrato del feminismo, no es un documental sobre la militancia ni sobre la ley de aborto, es una cuestión más universal, por eso digo que cualquiera se puede sentir identificado”, remarcó la intérprete.
“Obviamente que si el protagonista hubiera sido un varón, no tenés las escenas donde la abogada va a buscar al niño al colegio, o al supermercado. Eso entra porque está en la vida de las mujeres” , detalló.
Desde un ángulo más personal, reveló entre risas y algo de ironía: “Es muy desesperante la llegada del estreno, lo vivo con mucha ansiedad y sufrimiento. Siento que me van a ahorcar en la plaza del pueblo y todo el mundo va a mirar y aplaudir o como la vaca cuando va al matadero”.
Sin embargo, el relato se volvió más emotivo: “A la vez, también hay algo de soltar la película finalmente y entender que a partir de ahora va a ser de la gente. Ahí es cuando entran todas las reflexiones que terminan de completar el concepto del film. Después te va a ir devolviendo poco a poco miles de otras teorías y eso me parece interesante. Ahora estoy muy vulnerable y agradecida”.
“El otro día fue fuerte estábamos en esta presentación y había una madre que me contó que su hija se había muerto su hija por aborto y no sé si presa. Me dijo ‘Cómo me hubiera gustado que vos seas la abogada’ y me mató”, contó.
En un contexto donde la lucha social se hace notar día tras día entre los colectivos feministas, movimientos de discapacidad y LGBT contra el discurso del Gobierno de Javier Milei, la actriz sostuvo que los jefes de Estado conviven con la “teoría de divide y reinarás, vapulear el movimiento y el trabajo colectivo, las agrupaciones y la organización colectiva que es tan potente”.
“Entiendo que ahora estemos cansadas, vapuleadas, atacadas y que se le pega a los jubilados, pero la película trae la sensación concreta de que si se pudo en ese momento, se puede ahora y se podrá cuando querramos”, remarcó.
“La operación de vapulear al feminismo, ‘se pasaron tres pueblos’ o no y estos análisis que empiezan a aparecer ahora, tiene que ver con una operación clara”, consideró al tiempo que retomó: “Es una película que habla de la injusticia y la vivimos todos de alguna u otra manera. Está relacionada con cómo se puede articular ante eso y cómo se combate ante eso”.
Con ironía sobre el discurso político actual, Fonzi rememoró el episodio del fotógrafo Pablo Grillo, quien fue herido con un cartucho de gas lacrimógeno disparado por la Gendarmería en la marcha de jubilados: “Quédate en el molde, ¿viste? Quédate en el molde porque en cualquier momento te pegan un tiro como a Grillo”.