

En esta etapa, las tareas se concentraron en la intersección de calles 31 y 10, un punto donde históricamente el agua de lluvia tendía a acumularse debido a la depresión natural del terreno, afectando a numerosas viviendas de la zona.
Para resolver esta situación, se canalizaron 400 metros hacia el fondo de la localidad, acompañados por la colocación de alcantarillas de cruce de calle y accesos en distintos puntos estratégicos. De esta manera, se garantiza un escurrimiento más eficiente del agua y se evita la acumulación en las zonas bajas.
En simultáneo, se está ejecutando el entoscado de las calles, lo que no solo mejora la circulación vehicular y peatonal, sino que también contribuye a prevenir anegamientos en días de lluvia.
Estas acciones, articuladas entre el EMSUR se enmarcan en el programa municipal de mantenimiento de caminos urbanos, priorizando la seguridad de los vecinos y el acceso a los distintos barrios de La Dulce.