Netflix acaba de estrenar una serie documental basada en el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años que fue asesinado a golpes en enero de 2020 por un grupo de rugbiers de Zárate que lo atacó a la salida de un boliche de Villa Gesell.
Como parte de "50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa" aparecen los culpables, que muestran su día a día en el penal de Melchor Romero, donde cinco de ellos cumplen penas de prisión perpetua y tres, de 15 años por su rol secundario.
El crimen ocurrido en la madrugada del 18 de enero de 2020 conmocionó a la opinión pública no sólo por la brutalidad del ataque sino también por la cantidad de videos del episodio, una suerte de transmisión en vivo de un homicidio, y por el escalofriante hecho de que el grupo de amigos oriundo de Zárate tardó varias horas en caer en la cuenta de la gravedad de lo sucedido.

"No quería que me venga a ver nadie porque tenía mucha vergüenza", expresó Máximo Thomsen, hoy de 25 años, que fue señalado como uno de los principales responsables por la muerte de Fernando Báez Sosa.
"Mi mamá me decía: ‘Yo sé que vos no hiciste nada’, pero le dije: 'mamá, estuve ahí. No quiero que te lleves ninguna sorpresa’. Desde el primer momento le conté todo lo que pasó, porque entendía que si había hecho algo lo tenía que decir", recordó sobre sus primeros días detenido.
Otro de los que habló en el documental de Netflix fue Luciano Pertossi, también condenado a prisión perpetua, para quien a él y a su grupo se los juzgó "por otro lado", y no sólo en los tribunales de Dolores por los golpes y patadas que le dieron a Fernando Báez Sosa.

"Era mucha angustia, uno por un acto que pasó en la vida termina con el papá hablando en un juicio por vos. Me hace mal pensar en mi papá. Nunca en mi vida pensé en poner a mi familia en una situación así", expresó Luciano, cuyo hermano Ciro también está condenado a perpetua por el mismo crimen.
"Rezo mucho. Después de todo lo que se vive acá adentro, uno madura muy rápido", agregó el joven, que hoy tiene 25 años.
Ciro, de 24, confirmó que el costado mediático del caso les jugó en contra ante la Justicia: "Nosotros ya estábamos condenados de antes. Era imposible que de ahí saliéramos con algo a favor. Esto me sirve para darme cuenta de la buena vida que tenía y no la valoraba", aseguró.

De Enzo Comelli sólo se escuchó un escueto mensaje, que cumple con el papel de condenado. "Estoy muy arrepentido de todo lo que pasó, 100%. Y me voy a arrepentir siempre. Sin intención de haberlo causado, pero arrepentido, al fin y al cabo", sentenció.

Blas Cinalli y Ayrton Viollaz, dos de los tres condenados a 15 años de cárcel por el crimen de Fernando Báez Sosa, también hablaron en el documental. El primero para decir que "dicen que es de la casa la violencia, pero mi mamá nunca me inculcó la violencia a mí", y el segundo, para subrayar que "era de madrugada y estábamos borrachos, ninguno tenía en la cabeza lo que había pasado".