viernes 12 de diciembre de 2025 - Edición Nº2564

Necochea | 12 dic 2025

Familia de Necochea iniciará acciones legales a un colegio por discriminación

09:17 |A partir de la experiencia con su hijo que sufre un Trastorno del Espectro Autista. Los padres quieren mejor educación para niños en esa condición


Por: Ecos Diarios

La experiencia de una pareja con una institución educativa local que se promocionaba como inclusiva terminó convirtiéndose, según su relato, en un camino de obstáculos, destrato y silencios administrativos que los empujó a decidir mudarse a Buenos Aires.

Andrea y Gustavo sostienen que su hijo, diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista (TEA), fue “abandonado pedagógicamente” y objeto de una “forma de expulsión” sutil, pese a haber brindado al colegio todas las herramientas profesionales necesarias para su acompañamiento.

El niño había concurrido al mismo colegio privado en primer año sin grandes dificultades y los padres estaban satisfechos con la institución, pero todo eso cambió durante el ciclo lectivo que acaba de terminar.

La situación, que los llevó a iniciar acciones legales por discriminación, maltrato psicológico y abandono, motivó a la familia a dejar Necochea y buscar un entorno educativo más adecuado en Buenos Aires.

Un año de dolor

Andrea explicó que el año escolar estuvo marcado por pérdidas familiares y 
situaciones difíciles para su hijo, circunstancias que requerían un acompañamiento cercano y una disposición pedagógica específica. 

“A los chicos con TEA les cuesta, tienen sus momentos en los que les cuesta regularse y necesitan su espacio. Ningún colegio está capacitado para tener chicos con TEA. Realmente lo mandamos a esta institución porque es una escuela inclusiva”, afirmó.

Sin embargo, ese ideal se quebró en segundo grado. “Decidimos sacarlo porque el vínculo colegio-familia se rompió -explicó Gustavo-. Fueron haciendo un trabajo fino que es una forma de expulsión”.

El matrimonio aseguró haber agotado todas las instancias de diálogo antes de recurrir a un abogado especialista en discapacidad. 

“Intentamos por todos los medios solucionarlo sin llegar a esto -relató Andrea-, pero no fue posible. Hablamos con la institución, no tuvimos respuesta. Fuimos al inspector, tampoco. Para ellos, estaba todo bien”.

Padres denunciaron que su hijo fue discriminado en una escuela de Necochea

Trato despectivo

Uno de los episodios que más impacto generó en la familia fue un comentario directivo que, según Andrea, resultó especialmente doloroso: “Un directivo nos dijo que nuestro hijo ‘estaba para una 500’, en forma despectivo”.

La madre señaló que el directivo llegó a decirle: ‘Esto no es un depósito de chicos para que anden deambulando’.

La familia afirma que el niño comenzó a ser evaluado por criterios conductuales sin contemplar su diagnóstico. 

“Fue dejado de lado, como que ‘dejalo, que haga lo que quiera’. Siempre tuvo notas excelentes, por eso nos llamó la atención que lo aplazaran en matemáticas y prácticas del lenguaje”, agregó Andrea. 

Su psicopedagoga intentó reunirse con el colegio en reiteradas oportunidades, pero —según relataron— no fue recibida.

A ello se sumó la falta de comunicación institucional con el equipo profesional externo, pese a que los padres enviaron repetidamente los datos de contacto. “Cuando intervino el inspector, a las 48 horas el colegio nos pidió los teléfonos. Pero después no llamaron nunca. Las profesionales insistieron porque ‘no había tiempo’”, denunció Gustavo.

Un punto de quiebre

Otro punto crítico fue el rol de la acompañante terapéutica. En primer grado, el niño había transitado sin inconvenientes. Pero al comenzar segundo, la institución pidió nuevamente una acompañante. Tras la burocracia habitual, lograron que ingresara, aunque el vínculo duró apenas un mes.

“La docente le exigía a la acompañante tareas que no le correspondían, como explicar contenidos”, dijo Gustavo. La profesional, psicopedagoga de formación, respondió que esa función le competía a la docente. “La institución nunca pidió una maestra integradora, no hicieron proyecto PPI, nada”, añadió.

Finalmente, la acompañante renunció. “Me dijo que lo saque del colegio porque no se estaban manejando bien con él”, relató Andrea. Fue, según ambos, un punto de quiebre.

“Lo abandonaron”

Para la familia, la estrategia de la escuela fue “una forma de expulsión”. 

“Lo abandonan pedagógicamente y vuelve con notas malas. Eso nos explicó el abogado: es una manera de empujar al chico a irse”, expresó Gustavo. La pareja asegura que no fueron los únicos: “Hay muchos chicos con TEA que tuvieron que dejar la institución”.

A pesar de los intentos por ubicar una nueva acompañante, la situación se volvió insostenible. “Fue muy triste ver cómo volvía del colegio —dijo Andrea—. Angustia, enojo, dolor. Es muy duro”.

Irse de Necochea

La familia iniciará una denuncia formal por discriminación, violencia psicológica y abandono pedagógico. “Queremos obligar a la institución a capacitarse. Es ley, y estaban incumpliendo leyes educativas y de discapacidad”, subrayó Andrea. “El problema lo plantearon y se lo cargaron a un nene de 7 años, cuando el problema mayor es de ellos como institución”.

La situación derivó además en conflictos con otros padres, que -según la madre- fueron provocados por decisiones comunicacionales del colegio. “Fue tristísimo. Nunca hubo un pedido de disculpas”, aseguró.

Finalmente, decidieron dejar la ciudad. “Fue un quiebre -admitió Andrea-. Basta. Nos vamos a Buenos Aires. Allá hay otras posibilidades”. Ya están en proceso de incorporación a un nuevo colegio recomendado por el abogado, quien ha trabajado en casos similares.

Educación inclusiva 

El objetivo legal, insisten, trasciende su caso. “Lo que buscamos es que no haya otra situación así. Lo vivimos nosotros, lo vivió nuestro hijo, pero queremos que esto cambie para todos”, señaló Gustavo.

Andrea coincidió: “Nadie me va a negar el derecho de luchar por la dignidad de mi hijo y de todos los chicos. La lucha comenzó, y creo que va a haber muchos padres. Esto va a ser una bomba que va a afectar a todas las instituciones, para que tengan más cuidado al discriminar”.

Para ellos, el mensaje es claro: la educación inclusiva no puede ser un eslogan, sino un compromiso real. “Mi hijo es un nene capaz, inteligente, que aprende -afirmó Andrea-. Y merece, como todos, una educación digna”.

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