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Deportes | 3 sep 2022

Rugby

Los All Blacks le dieron una paliza a Los Pumas y retornan a la punta del Championship


En Hamilton, los All Blacks vapulearon a la selección argentina con una goleada y tomaron revancha del fin de semana anterior cuando Los Pumas consiguieron ganar por primera vez en la historia en Nueva Zelanda. Un contundente 53-3 puso en la punta del torneo al conjunto negro, pero, por sobre todas las cosas, marcó una actuación reivindicatoria y acorde con la historia y la calidad individual del conjunto oceánico.

Los argentinos nunca pudieron jugar cómodos ante la presión que ejerció el equipo negro en todas las facetas del juego, especialmente en el punto de contacto, forzando pérdidas con la defensa y jugando con pelota rápida en cada ataque. Además, los visitantes fallaron en adaptarse a las condiciones climáticas que presentó la noche de Hamilton, con mucha lluvia durante el primer tiempo, y cometieron innumerables errores de manejo.

La cuarta de las victorias más amplias en el historial entre los dos seleccionados deja a los neozelandeses al tope de las posiciones del Rugby Championship antes del partido entre Australia y Sudáfrica, un punto por arriba de los Pumas, que tienen dos compromisos por afrontar ante los Springboks, el primero de los cuales será dentro de 14 días en la cancha de Vélez.

En las declaraciones de entresemana los All Blacks dejaron entrever que utilizarían mucho más el pie. Y así lo hicieron, pero de manera inteligente, sin entregar la pelota sino dándose la posibilidad de recuperarla, o al menos poner bajo presión a los albicelestes. Así llegaron, por ejemplo, al segundo try, que terminó firmando Caleb Clarke tras una buena gestión aérea de Will Jordan.

En la segunda mitad del primer tiempo los Pumas tuvieron algo más de control y un par de oportunidades: una terminó frustrada cuando le birlaron la pelota a Thomas Gallo en pleno avance y en la siguiente debieron conformarse con sumar de a tres (24-3 en 33 minutos). Pero el hambre de los hombres de negro (como el nivel de desconcentración de los argentinos) se advirtió en la salida siguiente, que recuperaron tras hacer una tremenda presión en la recepción, y así consiguieron un nuevo try, de Rieko Ioane.

Otra muestra de la diferencia de foco entre ambos conjuntos se dio al inicio del segundo período. Los Pumas tuvieron sus chances con varios minutos cerca del in-goal ajeno en los que forzaron penales (y una tarjeta amarilla), pero no lograron el try. Juan Martín González y Lavanini estuvieron cerca de apoyar. Sin embargo, la acción se diluyó, y en un contragolpe letal iniciado por Ioane, el más desequilibrante del partido, llegó la conquista de Jordie Barrett (34-3) que, con 20 minutos por jugar, sentenció la suerte del encuentro.

Nueva Zelanda sumaba seis derrotas en los anteriores ocho partidos, algo que había ocurrido apenas dos veces en su historia (1928/30 y 1949). El entrenador Ian Foster estaba bajo enorme presión, lo mismo que el capitán, Sam Cane. La reacción estuvo a la altura de la nación más poderosa del rugby mundial.

La dura derrota representa un golpe fuerte para el orgullo de los argentinos y un freno al buen impulso que habían tomado a partir de la asunción de Michael Cheika, en cuya gestión –vale repetir– ganaron una serie en la Argentina por primera vez en 15 años (ante Escocia), lograron la victoria más amplia en su historia frente a un equipo del Tier 1 (el 48-17 a Australia en San Juan) y venían del primer éxito en Nueva Zelanda. Las posibilidades de ganar el certamen todavía están vivas. La mira, ahora, está puesta en recuperar el temple que los identifica y los elevó a esos logros pero que estuvo ausente en el Waikato Stadium. Nada mejor que hacerlo en casa ante los campeones del mundo, dentro de dos semanas.

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