sábado 27 de julio de 2024 - Edición Nº2061

Región | 4 sep 2022

Claromecó

Acondicionan el faro con la idea de habilitarlo al público en su centenario

Realizan tareas riesgosas de pintura sobre la estructura para dejarlo en condiciones. El capitán de Fragata Niño Seeber explicó los motivos por los que , generalmente, no se permite el ascenso a estas características señales marítimas en tierra. 


Como ocurriera en octubre del año pasado con el emblema de la ciudad de Quequén, desde hace algunos días el Faro de Claromecó está siendo pintado por un equipo de trabajo conformado por integrantes del área de Balizamiento del Servicio de Hidrografía Naval y algunos trabajadores locales, bajo la coordinación del capitán de Fragata Hernán Niño Seeber.

Así se veía el Faro de Quequén en su centenario.

Fue el marino quien señaló que de las 416 señales de las que dispone este cuerpo 62 son faros, ubicados a todo lo largo de la costa atlántica nacional; y sobre las tareas tendientes a dejarlo en las mejores condiciones posibles, contó que están pintándolo, "con todo lo que implica hacerlo a casi 50 metros de altura, y con los habituales vientos que suelen azotar nuestra costa", relataron en una crónica publicada por La Voz del Pueblo. 

Respecto a la posibilidad de que los vecinos puedan volver a vivir la aventura de subir los 278 escalones del emblema claromequense, Niño Seeber se mostró optimista de cara al centenario que se celebrará el próximo 20 de octubre. “Tuvimos reuniones con la delegación y la idea de permitir el acceso y la subida está avanzada. Ojalá podamos realizarlo, es el deseo de todos”, apuntó.

“Los faros, como estructura, no fueron preparados por seguridad para que suba gente”, explicó de manera breve y clara. Incluso dijo que el personal del faro tiene que estar preparado desde lo físico pero también desde lo psíquico. Anualmente se practican estudios para ello y hasta realizan cursos de trabajo en altura, con periodicidad. 

Además, “no tiene la seguridad estructural para el turista para que la subida sea lo más feliz. No tengo las medidas de seguridad para que puedan subir tranquilos al faro. No hay rejas por si se le escapa un niño de la mano a la madre, no entra una camilla si alguien se descompone, si una persona se asusta no la puedo bajar”, describió a modo de ejemplo.

 

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