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Mundo | 25 oct 2022

Conciencia Ambiental

Alternativas a la carne: una alimentación menos contaminante para el futuro cercano

Investigadores del GIEC estiman que, más pronto que tarde, las comidas deberán contener 55 gramos de carne diarios, contra los 185 que se consumen en la actualidad. Ya hay imitaciones de grandes cadenas para reemplazar los manjares habituales de la gastronomía.


Investigadores del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima (GIEC) estiman que, en un futuro no tan lejano, las comidas deberán contener 55 gramos de carne diarios -contra los 185 que se consumen en la actualidad- o una cantidad equivalente de pescados y crustáceos de acuicultura, reducción que será equilibrada con un mayor consumo de frutas, legumbres y granos.

Según afirma este grupo de especialistas, si los consumidores adoptan nuevos hábitos de alimentación y dos tercios de los aportes proteínicos son provistos por los vegetales, para 2050 será posible reducir en un 56% las emisiones de efecto invernadero.

 

 

Este reemplazo proteínico, que en la práctica significa reducir un 70% el consumo de carne y un 50% el consumo de huevos y de leche, conforma el denominado régimen alimentario flexitariano que tiene por o​bjetivo final una auténtica revolución antropológica que avance de forma progresiva, pero rápida, hacia una alimentación menos contaminante, más sana y nutritiva, y que no represente una amenaza para nuestros ecosistemas.

Cuando la conciencia comienza a expandirse alrededor del globo terráqueo y los consumidores se muestran menos reticentes al reemplazo, grandes empresas del rubro alimenticio se han propuesto generar imitaciones de platos antes elaborados solo a base de animales. Reproducciones artificiales del gusto, olor y textura de un bife de costilla, pescados y crustáceos de síntesis a base de plantas, huevos fabricados a partir de fibras artificiales o diversas imitaciones de carne a base de micelio, un conjunto de hifas subterráneas que forman la parte vegetativa de un hongo son alternativas que salen a respaldar este nuevo estilo de vida.

 

 

Sin embargo, según una columna de opinión publicada en La Nación el pasado mes de abril, "nada de eso alcanzará para resolver los problemas ecológicos y alimentarios que planteará el desarrollo demográfico en los próximos años, si el mundo no adopta alternativas verdaderamente intrépidas".

"Acostumbrar el paladar y superar el prejuicio de repulsión" serán dos de los obstáculos a superar en el medio de estas transiciones experimentales, que ya proponen a la entomofagia coomo una opción cada vez más vívida. Desde 2014, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) incita a consumir insectos como método más eficaz para luchar contra el hambre. Para vencer las resistencias, los expertos aconsejan transformarlos en steaks mixtos de insectos y vegetales, más aceptables que otras formas de sustitución.

No obstante, "la verdadera transición alimentaria, según los expertos, no podrá comenzar hasta que no se sientan realmente los rigores de una verdadera necesidad planetaria", afirman desde estas organizaciones.

 

 

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