La selección de Marruecos clasificó este martes a los cuartos de final del Mundial de Qatar 2022 tras vencer en la tanda de penales por 3 a 0 a España, luego del empate sin goles en los 120 minutos reglamentarios. En la siguiente instancia, los africanos enfrentarán al ganador del partido entre Portugal y Suiza que se jugará más tarde.

En el encuentro disputado en el estadio Education City, los de Luis Enrique tuvieron el dominio del balón con un Marruecos esperando en su campo para jugar al contragolpe, aunque de contra los liderados por Hakimi tuvieron chances para convertir y complicaron varias veces al arquero rojo.

Tras empatar 0 a 0 en los 90 minutos, donde hubo escasas opciones de gol por parte de las dos selecciones, los marroquís estuvieron más cerca de anotar en el tiempo agregado, cuando Walid Cheddira quedó frente al portero Unai Simon, quien desvió con la pierna el remate a los 104 minutos.

Y en la última jugada del tiempo extra, dirigido con criterio por el argentino Fernando Rapallini, España desperdició la oportunidad de ganar cuando Pablo Sarabia mandó desviado su remate y lofró rozar el poste, a pesar de quedar solo en el área tras un centro.

Fue otra cruel despedida para la Roja de un Mundial. La selección europea pareció llegar a la tanda desde los doce pasos con jugadores agotados que convirtieron la definición en una tortura. Fallaron Sarabia, Soler y Busquets sus lanzamientos, los tres únicos que pataron para España. El arquero Bono se transformó en héroe, Achraf marcó el último para Marruecos e hizo vibrar a un estadio que mostró más apoyo para los africanos.

Luis Enrique rescató el plan inicial del torneo, aunque con una sorpresa: jugaron de inicio los mismos que ante Costa Rica (7-0) a excepción de Azpilicueta. Fue Marcos Llorente el elegido para ocupar el carril diestro de la defensa. Le tocó un partido incómodo, de sufrimiento constante y poca progresión en ataque.

España aplicó punto por punto el guión de su entrenador: tuvo el balón y gobernó el partido desde el minuto inicial. Intentó abrir el campo con Olmo en la izquierda y Ferran en la derecha, y con Asensio en la posición de falso nueve, pero no lo tuvo fácil ante el bloque marroquí, un equipo sólido, compacto y muy bien trabajado por su entrenador, Walis Regragui, quein lleva solo tres meses en el cargo.

Marruecos saltó al campo con las ideas muy claras: aplicarse en defensa, no dejar huecos al rival y jugar como un bloque, en no más de 40 metros. Pierna dura y al choque. Y en ataque, pescar algún contragolpe o aprovechar alguna acción aislada, como las de Boufal en la primera mitad, encargado de complicarle mucho la vida a Llorente. 

Así, los del otro lado del Mediterráneo dieron una lección de fútbol aplicado a la práctica, sin tanta destreza y mucho orden y esfuerz. España, que empezó el torneo marcando siete goles y convirtiéndose en candidata sólida, se quedó vacía y sin inspiración en el momento menos oportuno, aunque con un equipo de jóvenes talentoos que ya tendrán otras oportunidades.