Brutal final. Otra vez Croacia, sin hacer ruido, sin hacer un gran partido, vuelve a sorprender. Eliminó a "la" selección favorita a ganar el Mundial y es la primera semifinalista clasificada. Decepción mayúscula de Brasil, que cayó en los penales habiendo sido un poco mejor desde esa anarquía de sus talentos individuales, pero que corrió detrás de la pelota cuando los tres del medio, con un Luka Modric excepcional, le movieron la pelota.

Hoy no habrá bailes de Tite, ni empresas textiles viendo en qué lugar del escudo colocar la sexta estrella. Hoy habrá luto absoluto de los verdeamarelos y fiesta nacional en Croacia que vuelve a sorprender al mundo entero, como cuatro años antes, en Rusia.

La gesta de Croacia tuvo de todo antes. De nuevo, como en octavos contra Japón, tuvo en Dominik Livakovic a su héroe, al parar la pena máxima de Rodrygo y esperar a que Marquinhos le dé al palo en la definición desde los doce pasos, pero en el tiempo de juego también fue fundamental.

 

 

La seleçao se había avanzado con un gol de ensueño, que formará parte de la historia del fútbol porque Neymar alcanzó nada menos que a Pelé -sí, el de los mil goles- como máximo artillero de Brasil, con 77 tantos. Fue ya en el descuento de la primera parte de la prórroga cuando el astro trinaguló al borde del área, tiró una pared deliciosa con Rodrygo y le amagó al arquero para dejarlo despatarrado, después de otra pared, esta vez con Paquetá. Ahí, para la mayoría, Brasil estaba en semifinales.

Pero la selección croata, con su emblema Luka Modric y con el joven defensa Josko Gvardiol como dos de sus principales referentes, con un omnipresente Josip Juranovic, y sobre todo con su arquero, ofreció su mejor versión en este Mundial, dispuesta a demostrar que su carácter competitivo, que la llevó a ser subcampeona del mundo, continúa más vivo que nunca.

 

 

La canarinha salió desatada en el segundo tiempo, pero el Livakovic, el héroe de los penales en octavos contra Japón, salvó en varias ocasiones a su equipo. Después de cumplida la hora de juego, Croacia metió en el freezer el partido y sufrió solo sobre el final. Y llegó a la prórroga, cuando la jugada magistral de Neymar parecía terminar con todo. Y no, no se rindió Croacia. Los de Zlatko Dalic lograron empatar cuando culminó Bruno Petkovic en un contragolpe en el 117'.

 

 

Ya en los penales, fue la hora de Croacia. La hora de las lágrimas del pentacampeón: Vlasic convirtió el primero para los europeos, Livakovic tapó el de Rodrygo, Majer puso el 2 a 0, Casemiro le devolvió el corazón a Brasil; Modric demostró toda su jerarquía, Pedro sostuvo a Brasil, Orsic puso el 4 a 2 y Marquinhos le dio al palo en el que no se podía errar.

Así, Brasil se quedó sin sexta estrella y sin problemas para definir cómo remodelar el escudo de su camiseta y Croacia confirmó que lo del Mundial pasado no fue ninguna casualidad.