El HMS Medway es un barco británico que patrulla alta mar y llegó a las Islas Malvinas para actuar como "la persistente presencia naval real" en la zona, asegurando a sus ciudadanos que esté "permanentemente disponible para brindar apoyo y asistencia", informaron desde el Reino Unido.

La nave, que ocupa temporalmente el lugar del HMS Forth, pasó toda su carrera operativa en el Caribe "tranquilizando a los territorios de ultramar" y brindando auxilio en casos de precisarse ayuda humanitaria después de un desastre natural o colaborando en la lucha contra el narcotráfico. 

Según el comandante en jefe Chris Hollingworth, este viaje fue "otro logro impresionante para Medway y la compañía de su barco", el cual "ha recorrido más de 6.500 millas náuticas, ha salvado cinco vidas en el mar y se ha integrado a la perfección en un nuevo teatro".

Lo que los británicos llaman "nuevo teatro" es, nada más ni nada menos, que el territorio de las Islas Malvinas ilegalmente ocupado por el Reino Unido. Para ellos, esta una oportunidad para "cubrir las responsabilidades de la Patrullera del Atlántico Sur" en "una nueva parte del mundo". 

Ahora, el nuevo dominio del barco abarca el archipiélago principal de las Islas Malvinas, Georgia del Sur y las Islas Sandwich del Sur. Para muchos de los tripulantes, llegar al territorio argentino fue una "ceremonia de cruzar la línea", considerando que no habían visitado del Ecuador hacia el sur en sus vidas. En este contexto, se espera que el Medway comience su primera "patrulla" en breve, debiendo permanecer en el Atlántico Sur hasta que el HMS Forth regrese más adelante.

El  barco que entró en servicio en 2019 suele actuar como policía marítima, contando con una tripulación de 35/45 marineros y la capacidad para transportar 50 soldados.

Además, la presencia de buques británicos en Malvinas forma parte de la denominada Atlantic Patrol Tasking South, iniciativa por la cual la Royal Navy mantiene una patrulla constante en torno a las aguas del Atlántico Sur. Su labor principal es realizar visitas rutinarias a los territorios de ultramar y ofrecer protección a sus intereses en la región, incluidos los buques comerciales británicos.