sábado 27 de julio de 2024 - Edición Nº2061

Sociedad | 13 mar 2023

Iglesia

Francisco, el reformista, cumple su primera década de pontificado

El liderazgo de Jorge Bergoglio en la Iglesia Católica, sin dudas, causó una revolución inesperada y no está exento de polémicas ante los cuestionamientos del ala más conservadora.


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Cuando el 13 de marzo de 2013 Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa y se convirtió en el primer pontífice latinoamericano y jesuita, la situación de la Iglesia católica era por demás complicada en varios frentes. A Benedicto XVI le habían robado documentos de su escritorio en medio de pujas internas por licitaciones amañadas en la ciudad del Vaticano, sospechas de corrupción en el banco de la Santa Sede y la multiplicación de denuncias de abusos sexuales cometidos por miembros del clero en varios países.

El combo había contribuido a la histórica renuncia del alemán después de más de siete siglos que no dimitía un Papa, en el contexto de su debilitamiento de la salud. Por cierto que la acción religiosa de la Iglesia -obviamente el centro de su misión- estaba venida a menos por las propias limitaciones del clero y los dirigentes laicos, pero también por el avance del secularismo que quiere reducir lo religioso al templo o, sencillamente, por el crecimiento de la indiferencia religiosa.

 

 

En las congregaciones generales previas, cuando había que sustituir a Benedicto, los representantes del Vaticano entendieron que había que dar un golpe de timón en la Iglesia, tras un pontificado largo y arrollador como el de Juan Pablo II, un Papa conservador de enorme carisma que le prestaba poca atención a las cuestiones internas y prefería llevar el Evangelio por el mundo; y de un papado como el de Benedicto XVI, aún más conservador y nada carismático, a la vez que sobresaliente teólogo, que no le gustaba tener que lidiar con las disputas en sus propias filas.

 

Este lunes, con un activo frente opositor del ala más conservadora de la Iglesia y grandes cambios internos y externos que moldearon su gestión, Francisco cumple sus primeros 10 años de pontificado.

 

Una década pasó desde aquel 13 de marzo de 2013, a las 20:12 de Roma, cuando el cardenal Jean-Louis Touran pronunció el clásico "habemus Papam" para anunciar enseguida el nombre de Jorge Bergoglio ante la sorpresa del mundo entero. El entonces arzobispo de Buenos Aires, el candidato de la facción más progresista del cuerpo cardenalicio, eligió llamarse Francisco para estar al lado de los excluidos y los pobres, según explicó.

Sin dudas que esa Iglesia que heredó no es la misma que la de hoy. Hubo muchos cambios. Hizo lío, como solía pedir a los jóvenes en sus primeros años en el sillón de Pedro. Desde entonces, se convirtió en el primer Papa en escribir sobre ecología, se rodeó de una ya mítica austeridad, buscó reformar la curia y quedó enfrascado en polémicas luchas internas que le granjearon no pocos y poderosos enemigos. Estos cuestionamientos llegaron incluso hasta la Argentina por su decisión de no visitar, al menos por ahora, su tierra natal.

 

 

Marcelo Izquierdo resumió los cambios que marcaron estos 10 años de Pontificado. Algunos de estos puntos generaron una masiva simpatía en las periferias de la Iglesia, pero también fuertes críticas al interior del Vaticano. Francisco supo, desde el primer día, que debía lidiar con un poder enquistado en la Iglesia que no aceptaría muchas de sus ideas. Algunas de ellas son reconocidas ya como un sello personal.

  • Austeridad. "Francisco moldeó una Iglesia más austera", dijo Ambrogetti. Bergoglio dio el ejemplo desde el primer día. Vive en un departamento sencillo, de 70 metros cuadrados. No se toma vacaciones y solo fue una vez a Castel Gandolfo, donde se encuentra la residencia de verano de los Papas. "Con esto pasó un claro mensaje: 'No soy un príncipe medieval que tiene su villa veraniega'", afirmó la periodista y escritora. La austeridad era uno de los reclamos más explícitos del ala reformista del cuerpo de cardenales.
  • Transparencia. "Nunca hubo el nivel de transparencia que hay ahora en la Iglesia", aseguró Ambrogetti. Bergoglio suele repetir que no puede impedir que pasen cosas malas, pero puso en marcha una serie de herramientas para evitarlas. Una de sus primeras medidas fue ordenar una auditoría internacional, como en su momento había hecho en el arzobispado de Buenos Aires. "El nivel de transparencia es inédito", indicó.
  • Abusos. Este ha sido uno de los temas que más han afectado la imagen de la Iglesia. Ambrogetti opinó que Francisco "ha hecho muchísimo" para desterrar este flagelo perpetrado por sacerdotes contra menores de edad. Generó instancias e instrumentos para evitar estos hechos y, si ocurren, que los responsables sean sancionados. Sin embargo, es un fenómeno que sigue golpeando al Vaticano.
  • Reforma de la curia. Se trató quizás de uno de los proyectos más complicados. Es una estructura férrea y milenaria que no se tocaba desde hace décadas. La reforma fue presentada y falta aplicarla. "La curia será reformada después de muchísimo tiempo", dijo la autora de "El Pastor". La oposición es enorme, pero Bergoglio no se detiene: “Ladran Sancho...”, afirmó Ambrogetti.
  • Universalidad. Hoy la Iglesia es mucho más universal. Hubo un gran cambio en el colegio de cardenales. Cuando asumió, la mayoría de los purpurados eran europeos, con fuerte prominencia de italianos. Hoy alrededor de la mitad de los cardenales son de países no europeos, muchos de ellos de Africa y Asia. El eje no pasa más por Europa-Estados Unidos. Hoy el poder es más global. "Francisco universalizó la Iglesia", resumió la periodista.
  • Diálogo interno. La Iglesia se abrió al diálogo interno. Esto ha sido un punto polémico que ha generado fuertes cuestionamientos del ala tradicionalista que defiende la estructura vertical. Francisco buscó un equilibrio entre quienes buscan avanzar y los que luchan por mantener las cosas como están. Abrió un camino de diálogo en todas las parroquias, en las bases. Busca una mirada diferente a la estructura represora, rígida y severa. Insiste en presentar una Iglesia misericordiosa y más abierta, dijo Ambrogetti.
  • El rol de la mujer. Hace una década trabajaban 846 mujeres en los distintos organismos del Vaticano. Hoy son 1165. Por primera vez hay una vicegobernadora del Vaticano y una directora de los Museos Vaticanos. "Francisco está escuchando a la sociedad. Hay asignaturas pendientes, pero se ha hecho mucho en este campo", indicó la escritora.
  • Una Iglesia abierta. Le tocó enfrentar la pandemia, la guerra, el drama de la emigración y la tragedia ecológica. Es el primer Papa que tiene una encíclica sobre ecología (Laudato Si). Busca abrir la Iglesia a los excluidos, a los descartados y a los diferentes. "Es el primero en mencionar la palabra gay", dijo Ambrogetti. Para la periodista italiana, Francisco tiene el enorme mérito de haber puesto los problemas sobre la mesa, algunos no resueltos y otros difíciles.
  • Argentina. Uno de los puntos que más cuestionamientos le hicieron los argentinos en estos 10 años ha sido su decisión de no visitar su tierra natal. "Tiene que ver con la oportunidad política, la grieta. Pero está relacionado también con esa visión de los piamonteses de postergar lo que le interesa, lo propio. Para él, primero está el deber, después lo que uno quiere. Por supuesto que quiere venir", afirmó la escritora.
  • El deber. Ambrogetti además descree que Francisco tenga pensado renunciar. “En la medida en que tenga fuerzas va a seguir adelante. El deber, para él, está por encima de todo. Piensa que es su deber estar ahí y estará mientras pueda”, concluyó.

 

 

 

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