martes 02 de julio de 2024 - Edición Nº2036

Sociedad | 24 mar 2023

Femicidio

Perpetua y 15 años de prisión: las penas para los acusados de abusar y matar a Lucía Pérez

Después de seis años y medio de la muerte, el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Mar del Plata condenó en un segundo juicio


La muerte de Lucía Pérez Montero fue un femicidio. Así lo entendieron los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Mar del Plata que analizaron las pruebas y los testimonios con perspectiva de género, algo que se venía reclamando desde hace tiempo y que casi siete años después, con un fallo absolutorio de por medio y mucha lucha, pudo ser tenido en cuenta.

Desde muy temprano este jueves, cientos de mujeres con carteles y fotos de Lucía estampadas en sus remeras colmaron las calles Tucumán y Almirante Brown, donde esperaban atentas a que el reloj marcara las 14.30, hora en que los jueces darían lectura al veredicto.

Segíun reflejó TN, "una bandera gigante con las caras de todas las víctimas de femicidio de la Argentina de los últimos años flameaba en las puertas de los tribunales. Los rostros de esperanza de poder encontrar justicia distinguían a las personas que acompañaron a la familia de Lucía en el final de este largo proceso".

 

 

Momentos antes de la lectura del veredicto, el silencio en la sala de audiencias y en las inmediaciones del Palacio de Justicia se hacía sentir. Pero cuando el presidente del tribunal leyó la palabra "culpables", el grito desaforado de desahogo se escuchó desde varios metros.

"Tuve que escuchar cosas muy aberrantes durante el juicio, cosas como que las mujeres somos violadas siempre, que es algo que sucede. Mientras estos pedófilos siguen con sus vidas, a la de mi hija se la arrebataron. Quieren vender que Lucía fue a la casa de Farías bajo su consentimiento. ¿Qué nivel de perversión es esa?", dijo su mamá ante la multitud.

 

Los fundamentos de los jueces 

A lo largo de las 240 hojas que contiene el veredicto que condenó a Matías Farías a perpetua, y a 15 años de prisión para Juan Pablo Offidani, quedó demostrado que los acusados frecuentaban chicas jovencitas a quienes les vendían cocaína y marihuana con la finalidad de someterlas a constantes abusos.

A pesar del intento de la defensa de instalar que Lucía tenía edad suficiente para dar consentimiento a tener sexo con un hombre ocho años más grande, los magistrados entendieron que la joven estaba en un estado de extrema vulnerabilidad. "No sabía que era menor", dijo el femicida en una de las audiencias de este segundo juicio, pero eso quedó desmentido cuando el fiscal mostró los chats que mantuvo con Lucía un día antes de llevarla a su casa para drogarla y abusar de ella hasta la muerte. En esos mensajes, ella le dijo que tenía 16 y que iba a la escuela.

 

 

"El traslado de Lucía hacia el domicilio de Farías fue con la finalidad de abusar sexualmente de ella a sabiendas de su condición de mujer, menor de edad y de consumidora de estupefacientes, extremos que colocaron a la víctima en una condición de marcada desigualdad signada por su vulnerabilidad", señalaron los jueces.

Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone dieron por sentado que fue un femicidio: "Cuando Farías se quedó a solas con la menor, le suministró cantidades indeterminadas de cocaína y marihuana con el fin de quebrantar su voluntad, ejerciendo actividades que evidenciaron violencia de género. Después la accedió carnalmente en reiteradas oportunidades, tanto por vía vaginal como por vía anal, existiendo indicadores innegables de que dichos accesos fueron bruscos, violentos e intensos", añadieron.

Los magistrados entendieron que la víctima, una niña de 16 años y sin ingresos económicos propios, registraba un consumo problemático de estupefacientes y, además, resultaba deudora frente a este varón, quien utilizó este dato para ejercer su poder.

Pero Lucía no era su única víctima, sino que el hombre condenado a perpetua tenía otras "clientas" menores de edad, a quienes intentaba seducir y aprovecharse de ellas sexualmente. Así quedó asentado en los testimonios de las amigas de Lucía, quienes conocían a los acusados como los "dealers" del barrio.

 

Increíblemente, en el primero de los juicios que tuvo sentado en el banquillo de los acusados a Farías y Offidani, el caso no fue analizado con perspectiva de género. Ambos fueron absueltos por el femicidio y abuso sexual, pero condenados por la venta de estupefacientes. 

 

Gracias a un posterior fallo de la Cámara de Casación, que cuestionó con dureza la tarea de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°1, pudo repetirse el debate. "El Tribunal, inexplicablemente, se enfoca en indagar en la personalidad, actitudes y comportamientos anteriores de la víctima, su forma de relacionarse con los hombres, su vida social, su carácter, y en distinguir la conducta de los imputados, y a partir de allí, considerar si Lucía había consentido el acceso carnal", expresaron.

Los camaristas explicaron: "El tribunal se basó en prejuicios de sexo, guiando su razonamiento con base en estereotipos e ideas preconcebidas. Se infirió el eventual consentimiento, aludiendo a la personalidad de la víctima, a la poca diferencia de edad con el agresor y a su pasado sexual. Estos estereotipos son meras afirmaciones dogmáticas desprovistas de sustento fáctico que descalifican al decisorio como acto jurisdiccional válido".

Por ese motivo, los dos imputados tuvieron que volver a atravesar un proceso judicial con un delito gravísimo en su contra, que finalmente tuvo un final justo y con reparo para las víctimas de femicidio y de abuso sexual.

Todavía queda un tema pendiente por saldar, y es la venta de drogas a menores de edad con fines de explotación sexual a las que son sometidas frecuentemente y que esto sucede ante los ojos del propio Estado. Lucía fue una de las tantas víctimas de este flagelo, pero no la única.

 

 

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