

Luego de que el Indec difundiera que la inflación de marzo ascendió fuertemente al 7,7% y que la cifra del acumulado interanual trepó al 104,3%, la más alta en más de tres décadas, el Ministerio de Economía de la Nación dejó dos interpretaciones sobre la suba de este índice: una es que se debió a distintos factores que en los próximos meses deberían desaparecer, como la sequía del campo; la otra fue echarle la culpa a los comerciantes.
El secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, comentó en su cuenta de Twiter que "marzo presentó un dato de inflación sumamente elevado". Explicó que durante el primer trimestre de la sequía, las altas temperaturas y la gripe aviar generaron mayor impacto sobre frutas, verduras, carne vacuna, pollo y huevos, los cuales en conjunto aportaron 2,1 puntos porcentuales a la inflación de marzo.
"Varios de estas factores es de esperar que no esten presentes en abril de modo que se esperaría un descenso de cierta magnitud en el índice general", señaló Rubinstein.
Matías Tombolini, en cambio, le echó la culpa de la inflación a los almacenes y supermercados chinos. "Incumplen en los comercios de cercanía, allí adonde transita más del 60% del consumo de nuestros compatriotas", dijo el secretario de Comercio sobre el programa Precios Justos.
El número de la inflación de marzo tiene su correlato político. En noviembre del año pasado, el ministro de Economía Sergio Massa, había afirmado que uno de los principales objetivos de su gestión era llegar a abril con la inflación en el orden del 3%. "El objetivo es llegar al mes de abril con una inflación que tenga al 3 por delante", había dicho el titular del Palacio de Hacienda y la realidad le devuelve un duro golpe.
Ayer, tras conocerse el dato del 7,7% la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, aseguró que "el número que se ve hoy (de inflación) representa el peor momento del impacto de la guerra en los precios internacionales y la peor sequía de la historia en el país. Sabemos, nos duele, nos ocupa, cómo afecta la vida cotidiana y a cada familia".
En este contexto de tanta presión inflaciónaria, también cabe la reflexión de cuánto ayudan a encorsetar la inflación, los acuerdos de precios, como el programa de Precios Justos.
El economista Sebastian Menescaldi considera al respecto que "los acuerdos sirven pero están limitados a grandes empresas en determinados lugares que son los supermercados", explica. Y agrega: "Y gran parte del consumo no se hace en esos sitios sino en lugares de cercanía donde compran los consumidores de menos poder adquisitivo. El problema del alcance de los acuerdos esta reflejando eso sumado a los productos frescos que corren por una via aparte y fuera de los acuerdos de precios", explicó.
Para abril, las perspectivas de la evolución de los precios no cede. Desde Fiel, que midió 7,8% para la inflación de marzo, prevén que este mes el alza será "arriba de 7%". Ese pronóstico también es barajado por la mayoria de las consultoras.