domingo 30 de junio de 2024 - Edición Nº2034

Sociedad | 21 jun 2023

Efemérides

En el Día del Yoga, claves para sumarse a una práctica que nutre cuerpo, mente y alma.

Cada 21 de junio, por una iniciativa impulsada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2014, se celebra esta fecha con el objetivo de concientizar acerca de todos los beneficios que ofrece esta disciplina integral.


El yoga es una práctica física, mental y espiritual de tradición antigua, que se originó en la India y cuyo significado proviene del sánscrito y habla de unidad, simbolizando la unión del cuerpo y la mente. Cada 21 de junio, por una iniciativa impulsada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2014, con el objetivo de concientizar acerca de todos los beneficios que ofrece esta práctica integral, se celebra su Día Mundial.

En la actualidad, se practican varias formas de yoga y su éxito y el número de seguidores es cada vez mayor en todo el mundo. En la pandemia fue una de las actividades físicas que más se realizaban, a través de youtube y aplicaciones, ya que permitía mantenerse en movimiento aunque estuviéramos en casa.

A pesar de ascendente popularidad, es mucha la gente que no se anima por distintos prejuicios, muchos de ellos entendibles. Por eso siempre es importante resaltar que no existe un único tipo de yoga ni una única forma de practicarlo. Desde su origen milenario en la India hasta la actualidad, no solo se ha ido expandiendo a través del mundo, sino que incluso se fue diversificando en las manifestaciones de su práctica. Esto quiere decir que existen varias escuelas, y algunas de ellas son las del raya yoga, karma yoga y hatha yoga.

 

 

De la misma manera, los practicantes pueden elegir entre varias modalidades para hacerlo. A grandes rasgos, se puede realizar en centros especializados y siguiendo las indicaciones de un especialista, o bien en casa y por cuenta propia. Lo más recomendable para quienes recién se inician en la práctica del yoga pasa por contar con la compañía de un profesor, ya sea para conocer las bases de la disciplina o bien para cuidar el cuerpo y evitar posibles lesiones.

Otra de las claves a la hora de su práctica es saber elegir el lugar y el momento apropiados, sea en un espacio compartido o en la casa de uno mismo, es fundamental que el lugar ofrezca paz y tranquilidad, silencio y los estímulos apropiados (aromas, luces). Lo mismo ocurre con el momento. De nada sirve hacer yoga a las apuradas y sin abstraerse de la rutina del día a día. En este sentido, resulta clave hacerse de un tiempo para dedicarle de forma exclusiva a la práctica y en el que todo lo demás quede fuera de la misma.

En cuanto a los accesorios, además de los numerosos beneficios que aporta para la salud (reduce el estrés y la ansiedad, por ejemplo), el yoga también cuenta con la particularidad de que no se necesita de casi nada para su práctica. Lo único que hay que tener es ropa cómoda, propia de la actividad física, y una esterilla donde recostarse y hacer los ejercicios. En cuanto a la primera, si no se quiere hacer yoga descalzo, hay que tener un par de medias que sean antideslizantes.

Por otra parte, también se puede tener una manta a mano para cubrirse en las épocas de frío, sobre todo hacia el final de la práctica, es decir, en el momento de relajación.

Según los especialistas, es necesario prestar atención al cuerpo. Así como existen distintos tipos de yoga, cada persona se presenta como un caso singular que necesita de determinadas prácticas o que se siente más afín con algunas cosas que con otras. Las condiciones mentales y espirituales ocupan un lugar especial en la práctica. No obstante, el yoga no deja de ser un ejercicio físico y, por lo tanto, es fundamental prestar atención al cuerpo para evitar posibles lesiones y para lograr obtener los beneficios de esta disciplina.

Es por esto que también es importante hacer yoga con un profesor, al menos para comenzar. En el caso de que se quiera llevar adelante la práctica desde casa, existen numerosos videos en Internet que ayudan a realizarla de forma segura.

Finalmente, y tal como ocurre con otras prácticas similares, entre ellas la de la meditación, la disciplina del yoga requiere de la constancia. La misma no solo implica asegurarse una determinada cantidad de días a la semana, sino también la aceptación de que algunas sesiones serán mejores que otras, que es posible que algunos ejercicios no salgan bien de entrada y que, en definitiva, lo más importante pasa por perseverar y seguir adelante para obtener beneficios a largo plazo.

 

 

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