Robert Card, el principal sospechoso de los dos tiroteos que el miércoles se cobraron la vida de 22 personas en la ciudad estadounidense de Lewiston, en el estado de Maine, fue encontrado muerto este viernes con una herida por un disparo autoinfligido, según adelantaron medios estadounidenses.

Del hombre nada se sabía desde el miércoles, cuando las autoridades publicaron su foto en redes sociales y pidieron a la población que compartiera cualquier información sobre su posible paradero con la policía. Su auto había sido encontrado la noche del suceso en Lisbon, una localidad a unos 12 kilómetros de donde tuvo lugar la masacre.

La Policía había intensificado ayer la búsqueda por todo el distrito para encontrar al asesino. "Se está destinando una enorme cantidad de personal policial, tiempo y esfuerzo, las 24 horas del día", había declarado el jefe de Policía de la ciudad de Lewiston, David St. Pierre, tras hallar el auto del tirador.

"Ya no existe ninguna amenaza en Maine, ya que Card ha sido localizado y ha fallecido", informó anoche NBC Boston. Aunque es probable que se trate de un suicidio, se desconocen los motivos de su muerte.

Si bien las autoridades habían trabajado en cerca de 530 pistas, una de las opciones que se contemplaba era el suicidio. En el marco de las pesquisas, los investigadores habían encontrado un celular y una nota del sospechoso.

El pasado miércoles a la noche, la ciudad de Lewiston, de tan solo 36.000 habitantes, se conmocionó por las matanzas de 18 personas en dos locales: un bowling y un bar. La Policía identificó al atacante como Robert Card, de 40 años, difundió su fotografía e instó a la población a permanecer en sus casas por el riesgo que supone este hombre "armado y peligroso" que se había fugado.

Cabe destacar que en Estados Unidos hay más armas que habitantes. Un adulto de cada tres posee al menos un arma y casi un adulto de cada dos vive en una casa donde hay un arma. La consecuencia de esta situación es la altísima tasa de muertes por armas de fuego, incomparable con la de otros países desarrollados. Este año, más de 15.000 personas murieron a causa de la violencia armada, que suma 565 tiroteos en estos 10 meses.