La Policía de Brasil arrestó este jueves al exfutbolista Robson de Souza "Robinho" en una de sus residencias en el litoral de São Paulo, con el objetivo de que empiece a cumplir la pena de nueve años de prisión que le fue impuesta por una violación grupal en Italia.

Agentes de la Federal arrestaron al exdelantero en su casa de Santos, la ciudad donde se formó como jugador, y lo llevaron a comisaría después de que el Tribunal Superior brasileño confirmara la condena que le impuso la Justicia italiana y ordenara su ingreso en prisión.

Robinho recurrió al Supremo Tribunal Federal (STF) para tratar de impedir su arresto. No obstante, la presidenta del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Maria Thereza de Assis Moura, firmó el documento la tarde del jueves, lo que permitió que se emitiera la orden de prisión.

Los defensores del también exjugador del Real Madrid interpusieron en la noche del miércoles un "habeas corpus" para que suspendiera la pena hasta que se agoten las posibilidades de apelación, tras la condena recibida en Italia en 2017 por violar en grupo a una joven albanesa que celebraba sus 23 años en una discoteca de Milán.

Aunque la sentencia fue ratificada en 2022, el exdelantero de 40 años defiende su inocencia y alega que la relación con la joven fue consensuada. Como Brasil prohíbe en su Constitución extraditar a sus ciudadanos, la Justicia de Italia pidió el año pasado la ejecución de la pena con base en una ley brasileña que lo permite desde 2017.

"Robson de Souza, Robinho, ingresó este viernes 22, alrededor de la 1 de la mañana, a la Penitenciaría II 'Dr. José Augusto César Salgado' de Tremembé", a unos 150 kilómetros de la ciudad de Sao Paulo, indicó la administración carcelaria del estado paulista ayer.

El caso Dani Alves y una "bofetada" a las mujeres

La decisión judicial coincide con el caso de otro futbolista brasileño, Daniel Alves, condenado en febrero a cuatro años y medio de cárcel por violar a una joven en una discoteca en 2022 en Barcelona. 

Un tribunal español autorizó este miércoles que el lateral salga de la cárcel pagando una fianza de un millón de euros (casi 1,1 millones de dólares), mientras se resuelven los recursos contra su sentencia. 

La decisión del tribunal fue fustigada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien había pedido también la semana pasada la encarcelación de Robinho, al considerar que debía "pagar el precio de su irresponsabilidad" por un crimen "imperdonable".

La presidenta del Palmeiras, Leila Pereira, cuestionó este jueves el silencio del mundo del fútbol frente a ambos casos, que consideró "una bofetada en la cara" de las mujeres. "Nadie dice nada (...) Esto es una bofetada en la cara para todas nosotras", dijo al portal UOL.