

Luego de un largo proceso, investigadores del Conicet y el Museo de La Plata pudieron confirmar que las marcas en el esqueleto de un gliptodonte no son azarosas ni naturales, sino de origen humano, un hallazgo revelador que se configura como la primera evidencia de interacción temprana entre los primeros habitantes y la megafauna que habitó la región.
Los restos fósiles, hallados en el límite entre las ciudades bonaerenses de Merlo y Moreno fueron dados a conocer en la prestigiosa revista científica Plos One y el investigador Miguel Delgado, uno de los autores de la publicación, pudo explicar que "luego de varios análisis de distinto tipo, pudimos comprobar que las marcas son de origen humano. Están ubicadas en lugares estratégicos del espécimen, sobre todo en lugares de mayor densidad de carne, como la pelvis y la cola. Eso hablaría de una secuencia de desposte o despiece de parte de esos primeros pobladores".
El estudio aporta la primera evidencia de interacción entre humanos y la mega fauna en el Cono Sur.
El Doctor señaló que lo interesante del asunto es que, según los modelos de poblamiento tradicionales, los humanos ingresaron a la región pampeana hace unos 16 mil años, cuando estos fósiles tienen una antigüedad de 21 mil años.
Los restos incluyen el esqueleto incompleto de un gliptodonte perteneciente al género Neoesclerocalyptus -pariente de las mulitas y peludos actuales y extinto hace 10 mil años- con partes articuladas. Se trataba de un animal acorazado, con un peso de alrededor de 400 kilos, 90 centímetros de alto y 1,30 de largo.
El autor del hallazgo fue Guillermo Jofré, autodidacta de la paleontología y que tiene a su cargo el Repositorio Paleontológico Ramón Segura de Merlo. "Gracias a toda una serie de fósiles importantes que encontró, ha construido un repositorio donde se alberga esta información. Estos en particular aparecieron cuando una máquina estaba ampliando el río Reconquista, y Guillermo pudo preservarlos y dar aviso a los investigadores del Museo de La Plata", relató Delgado.