viernes 04 de octubre de 2024 - Edición Nº2130

Necochea | 18 sep 2024

Facturación

Estafa eléctrica en Necochea: grandes empresas usan medidores truchos y los vecinos pagan el pato

El escándalo por la facturación de luz en Necochea toma un giro escandaloso. Más de 40 empresas de gran consumo energético están jugando sucio: en lugar de pagar lo que corresponde por sus descomunales consumos, están aprovechando medidores residenciales, diseñados para hogares, y facturan a tarifa reducida. Mientras tanto, los vecinos comunes, víctimas de un sistema lleno de irregularidades, ven cómo sus facturas se disparan a niveles comparables con los de grandes industrias. Un documento exclusivo al que accedió Necochea Digital destapa esta estafa monumental que involucra, nada más ni nada menos, que a la Usina Popular Cooperativa (UPC).


El truco de los medidores residenciales: la trampa perfecta

El informe revela que estas empresas deberían estar pagando bajo tarifas más altas, como la T1G o T2BT, que corresponden a grandes consumidores no residenciales. Sin embargo, están utilizando medidores T1R, destinados a usuarios residenciales, para pagar menos. Es decir, estas compañías están facturando como si fueran simples hogares de barrio, aunque su consumo energético es monstruoso. Mientras tanto, los usuarios comunes lidian con aumentos constantes y facturas infladas por errores en la medición.

¿Qué es el medidor T1R y cómo lo usan para estafar?

El medidor T1R está destinado a viviendas, permitiendo a las familias pagar tarifas más bajas por consumos modestos. Pero estas empresas están haciendo trampa: usando medidores para viviendas, se ahorran miles de pesos en energía que, de hecho, deberían estar pagando a precios mucho más altos. Así, en lugar de estar categorizadas como T1G o T2BT, que corresponden a medianas y grandes empresas, están disfrutando de tarifas ridículamente bajas.

Complicidad y falta de controles: ¿Quién se está beneficiando?

La verdadera pregunta es: ¿quién está detrás de esta maniobra? Todo indica que la UPC y las autoridades han mirado para otro lado, permitiendo que estas empresas sigan con esta práctica vergonzosa. Mientras tanto, los vecinos no solo pagan facturas altísimas por sus propios consumos, sino que también financian, sin saberlo, a estos gigantes empresariales que se llenan los bolsillos con esta trampa.

La complicidad entre las empresas de alto consumo y la UPC ha generado un profundo malestar en la ciudad. Mientras los vecinos siguen recibiendo facturas infladas y mal medidas, los grandes consumidores se ríen, pagando cifras ridículas.

¿Quién va a ponerle el cascabel al gato?

Este fraude masivo ha salido a la luz y promete desatar una tormenta de denuncias y reclamos. Las autoridades locales y provinciales no pueden seguir haciéndose los distraídos. Se necesitan controles inmediatos y más rigurosos para frenar esta práctica.

 

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