El consumo de carne vacuna continúa cayendo mes a mes, aunque los precios generales siguen muy retrasados frente a la inflación, según observa la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA). "En lo que respecta al consumo aparente de carne vacuna por habitante, en enero-agosto de 2024 habría resultado equivalente a 46,9 kilos/año, con lo que la baja interanual habría sido de 12,1%", indicó un informe de la entidad.

Por su parte, el promedio móvil de los últimos doce meses quedó en 48,1 kilogramos por habitante al año en el octavo mes, ubicándose 10,1% por debajo del promedio alcanzado en agosto de 2023.

Demás está decir que la producción y/o el destino de la carne no es un problema, dado que los niveles productivos se mantienen más que estables, con crecimientos en determinados meses; y que el mismo análisis le corresponde a la disponibilidad de la oferta interna.

De acuerdo a otro informe, en este caso de la Fundación Mediterránea, el precio de la carne vacuna en julio promedió los 7.445 pesos por kilo al consumidor, una caída del 16% en términos reales con respecto a diciembre. Esto obedece a una sustitución de consumo, que ayudó hasta ahora a mitigar la inflación, explicaron.

La carne sigue siendo uno de los productos más relevantes dentro de la canasta, pero, a pesar de la baja en el precio, el consumo cayó un 20% interanual y alcanzó niveles históricos en ese orden. El estudio dice que esto es por el deterioro del poder adquisitivo, observando que la participación del producto en la inflación se redujo drásticamente. Mientras que en diciembre la carne representó 2,2 puntos porcentuales a la inflación, en julio ese aporte fue de sólo 0,11 puntos.