Además, sin aludir a la posible amenaza, el mandatario recordó que el país vive momentos de "grandes logros" pero también de "grandes desafíos", y le recordó a la población dos cosas: "Una: obedecer estrictamente las directivas del comando de primera línea, hacerlo salva vidas. Y la segunda: permanecer unidos. Nos mantendremos firmemente juntos en los días que nos podrán prueba que se avecinan", expresó en un mensaje.
Sumado a ello, el Ejército de Israel limitó en el centro del país las concentraciones al aire libre a un máximo de 30 personas y en espacios cerrados a 300, después de que un cohete lanzado por Hezbollah impactase contra una carretera cercana a Tel Aviv, sin causar muertos.
Aseguró también que sus sistemas de defensa aérea están plenamente preparados para cualquier ataque de Irán, aunque por el momento no se ha identificado ninguna amenaza. Así se pronunció un portavoz militar del Gobierno de Netanyahu minutos después del anuncio de Estados Unidos.
Los ataques israelíes se incrementaron desde mediados de septiembre y apuntaron directamente contra la cúpula de Hezbollah, incluido su secretario general, Hasán Nasralá, quien murió el viernes en un bombardeo en Beirut.
Este lunes, precisamente, el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd J. Austin, había acordado con el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, la necesidad de “desmantelar la infraestructura de ataque” en la frontera con Líbano para evitar un ataque similar a la masacre del 7 de octubre por parte de Hezbollah.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a un alto el fuego "inmediato" y sostuvo que "debe evitarse a toda costa una guerra total en Líbano". "La soberanía y la integridad territorial del Líbano deben ser respetadas", añadió Stéphane Dujarric, su portavoz, quien aseguró que desde el organismo están "muy preocupados por la escalada" en el Líbano.