La clasificación de Argentina al próximo Mundial de fútbol ya estaba asegurada antes del clásico contra Brasil, gracias al empate de Bolivia. Sin embargo, el objetivo era romper la sequía de 20 años sin victorias ante este rival en suelo argentino. Y la Selección mostró un nivel superlativo desde el inicio, logrando una ventaja de dos goles en apenas 12 minutos. El dominio del juego fue absoluto, con Mac Allister y Almada liderando las acciones ofensivas hacia el área de Bento.
El primer gol llegó a los tres minutos, obra de Álvarez, quien superó a Guilherme Arana y Murillo para definir ante la salida del arquero. Poco después, Fernández aumentó la ventaja, aprovechando un pase de Molina para marcar desde el segundo palo. El desconcierto de Brasil era evidente, llevando a su técnico, Dórival Júnior, a buscar soluciones desesperadas.
Murillo, lento y fuera de ritmo, fue un blanco fácil para los ataques argentinos. Brasil apenas lograba acercarse al arco de Martínez, sin poder conectar entre sus volantes y delanteros.
A pesar del dominio argentino, un error de Romero permitió el descuento de Matheus Cunha, quien aprovechó para definir al lado del palo. Este gol generó un breve momento de incertidumbre en Argentina, que se replegó y cedió la iniciativa a Brasil. Sin embargo, Mac Allister disipó cualquier duda al marcar el tercer gol, asistido por Fernández.
En el segundo tiempo, Brasil intentó reaccionar con tres cambios, incluyendo la salida del flojo Murillo. Sin embargo, Argentina mantuvo su presión, generando numerosas ocasiones para ampliar la ventaja. Finalmente, Simeone marcó el cuarto gol, tras un pase de Tagliafico, sellando una victoria contundente.
Argentina terminó el partido exhibiendo un juego brillante en el Monumental, asegurando su lugar en la Copa del Mundo y demostrando su superioridad ante Brasil.