El presidente Javier Milei y el estadounidense, Donald Trump ya confirmaron su asistencia, al igual que su par francés, Emmanuel Macron, y el ucraniano, Volodimir Zelenski. "¡Estamos deseando estar allí!", aseguró el lunes Trump, que acudirá junto a su esposa Melania. El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que no prevé asistir al funeral del papa.
A diferencia de sus inmediatos predecesores, Francisco eligió la basílica de Santa María la Mayor para la eternidad. Devoto de la virgen, el papa siempre pasaba por esta iglesia al inicio y final de cada uno de sus viajes.
Además, el cuerpo del papa será expuesto directamente en la Basílica del Vaticano, sin el tradicional catafalco y sin los tres féretros de ciprés, plomo y roble. En su lugar, se utilizará uno simple de madera y zinc.
El traslado tendrá lugar el miércoles a las 9, tras un momento de oración presidido por el carmarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrell. La procesión pasará por la plaza Santa Marta y la plaza de los Protomartires Romanos y desde el Arco de las Campanas saldrá a la plaza San Pedro y entrará en la Basílica Vaticana por la puerta central.
Tras el funeral, el féretro será trasladado inmediatamente a la basílica de Santa María la Mayor como dejó escrito Francisco.
En su testamento indicó: "Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal".
El sepulcro, escribió el papa argentino: "Debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus", se lee en el testamento publicado tras su muerte a los 88 años.
Aunque su estado de salud era frágil desde su hospitalización el 14 de febrero por una bronquitis que derivó en una pulmonía bilateral, la muerte del papa argentino conmocionó a la Iglesia católica.
"El papa de los últimos", titularon este martes varios diarios italianos, en referencia a su compasión y acogimiento por los más desfavorecidos y también en alusión al pasaje de la Biblia: "Los últimos serán los primeros en el reino de los cielos".
Su estilo cercano ofuscó a la oposición conservadora por su supuesta falta de ortodoxia. Además del fervor popular, el exarzobispo de Buenos Aires deja un legado marcado por la ecología, la lucha contra los abusos en la Iglesia, por el impulso al papel de mujeres y laicos, la defensa de los migrantes y por abogar por el diálogo entre religiones, entre otros.