El ajuste se siente en la calle. Los testimonios coinciden: “Todo para atrás”, repiten vecinos que deben resignar calidad de vida para poder comprar lo básico. La volatilidad cambiaria golpea a productores y consumidores por igual, con la certeza de que los precios seguirán en alza en los próximos meses.
Un informe reciente confirma que el 50% de los hogares argentinos no logra cubrir sus gastos básicos. La brecha entre los números macroeconómicos y la realidad cotidiana se profundiza: la consultora Moiguer advierte que el 64% de los hogares de clase baja atraviesa serias dificultades para sostenerse, mientras que la clase media baja tampoco se salva, con un 49% de familias ajustadas al límite. Incluso entre los sectores de mayores ingresos, un 31% también enfrenta problemas para llegar a fin de mes.
Frente a este panorama, el consumo cambió drásticamente. El 83% de los hogares recortó sus gastos y prioriza solo lo esencial, mientras que un 40% destinó el aguinaldo a pagar deudas o cubrir servicios básicos. La mesa familiar se achica, los hábitos de compra se transforman y la sensación de inestabilidad domina el día a día.