“Estamos viviendo un retroceso gravísimo en materia de regulación”, aseguró, al tiempo que convocó a la ciudadanía a exigir a los legisladores que pongan freno a decisiones que –según advirtió– “pueden llevar a la Argentina a convertirse en una sociedad armada y violenta”.
Bouyssede recordó que desde 2024 se implementaron decretos que facilitan la tenencia de armas, como los trámites exprés para credenciales, la reducción de la edad mínima de 21 a 18 años y la autorización para que civiles compren fusiles semiautomáticos.
“Todo esto impacta directamente en el día a día de los argentinos. A mayor circulante de armas, mayor cantidad de víctimas. Y lo peor es que, una vez que entran en la sociedad, es imposible retirarlas”, explicó.
La dirigente también cuestionó la disolución de la Anmac, creada en 2015 por ley, y la vuelta al viejo Renar. “Hoy hay apenas 11 inspectores para controlar todo el país. Es irrisorio. Estamos sin un marco institucional serio que limite el acceso a las armas”, denunció.
A esto se suma un fenómeno cultural que preocupa: la naturalización del uso de armas en los jóvenes. “Estamos viendo chicos que las llevan a la escuela o las usan como símbolos de poder. Eso habla de un modelo social que se está instalando y que es muy dañino”, señaló.
En Argentina, cada día mueren ocho personas por armas de fuego, más de la mitad por suicidios o accidentes. Seis de cada diez homicidios se cometen con armas, en su mayoría vinculados a conflictos interpersonales o violencia doméstica, y no a hechos delictivos.
En el caso de Necochea, aunque no existen estadísticas oficiales, Bouyssede adelantó que desde la cátedra abierta que coordina en la universidad se trabaja junto a fiscalías y hospitales en un relevamiento. “Las armas aparecen sobre todo en conflictos interpersonales y no en robos. Eso es lo más preocupante: cualquier discusión cotidiana puede terminar en tragedia si hay un arma de por medio”.
El pasado 19 de agosto, en el cumpleaños de Alfredo Marcenac –asesinado en 2006 en un ataque armado en el centro porteño–, la Asociación Civil realizó un homenaje en Cabildo, el mismo lugar del hecho.
La jornada incluyó una muestra artística y un recital solidario de El Plan de la Mariposa. “Ellos llegaron a los jóvenes desde otro lugar, con su música, y eso fue muy valioso. Necesitamos distintas voces para que el mensaje llegue más lejos”, destacó Bouyssede.
Con el lema “Por una Argentina sin armas, por una Argentina sin violencia”, Bouyssede remarcó que la lucha no responde a partidos políticos: “En todos los gobiernos hubo medidas cuestionables, y siempre levantamos la voz. Hoy nos oponemos a decretos que creemos dañinos e irreparables”.
Y concluyó con un mensaje contundente:
“No queremos ser Estados Unidos. No queremos una sociedad armada. Porque cuando la violencia se combina con armas, el resultado siempre es la muerte”.