El hallazgo del casco hundido frente a las costas de Necochea fue declarado de interés por la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Senadores de la Nación.
La resolución, aprobada por unanimidad, calificó el descubrimiento como “el más importante de la historia naval argentina” por la envergadura de la nave localizada en cercanías del puerto de Quequén.
El dictamen, registrado bajo el expediente S-150/25 y promovido por la senadora Silvina García Larraburu, reconoce el trabajo del Proyecto de Investigación Subacuática “Eslabón Perdido”, un grupo de voluntarios y especialistas que desde hace años se dedica a rastrear pecios no registrados en el Mar Argentino.
El proyecto cobró notoriedad en 2022, cuando su coordinador, el periodista e investigador Abel Basti, denunció ante Prefectura Naval el hallazgo de un navío de 80 metros de eslora, descubierto a 26 metros de profundidad. El tamaño del casco lo convirtió en un hecho inédito en el país: nunca antes se había registrado un naufragio de esas dimensiones sin antecedentes documentales.
La ruta hacia el Senado
La iniciativa parlamentaria no surgió de la nada. El proyecto ya había sido declarado de interés por los municipios de Necochea y Lobería, donde el equipo de Eslabón Perdido concentró sus búsquedas.
Ahora, con el respaldo del Senado, la investigación adquiere un nuevo impulso y abre la puerta a mayores apoyos institucionales para continuar con las pericias técnicas e históricas.
En su fundamentación, la comisión legislativa destacó que el hallazgo “constituye el descubrimiento más importante de la historia naval argentina”, no solo por sus características materiales, sino porque se trata del primer pecio sin registros previos en cartas náuticas ni en el Derrotero Argentino.
La hipótesis del submarino
Desde el comienzo, el hallazgo generó controversias. En 2021, tras la primera denuncia, Prefectura Naval confirmó la existencia de un objeto a 28 metros de profundidad y a 4 kilómetros de la costa, pero evitó calificarlo como submarino.
Las dudas comenzaron a disiparse cuando especialistas independientes, como los ingenieros navales Juan Martín Canevaro y Andrés Miguel Cuidet, advirtieron que las estructuras observadas no correspondían a un buque tradicional y que presentaban características compatibles con un sumergible.
La confirmación más contundente llegó desde Europa: el perito Fabio Bisciotti, del Centro de Estudios Subacuáticos de la Liga Naval Italiana, identificó con un 90% de certeza elementos propios de un submarino alemán tipo IX de la Segunda Guerra Mundial. Entre ellos, la torreta, el periscopio y los compartimentos de torpedos.
Posteriormente, una expedición financiada por la Fundación Reitich reforzó esas conclusiones al detectar huellas de destrucción compatibles con una explosión deliberada, un recurso habitual en la Marina alemana para evitar que naves secretas fueran capturadas intactas.
El misterio del tercer sumergible
La historia oficial sólo reconoce la llegada de dos submarinos nazis a la Argentina: el U-530, que se rindió en Mar del Plata el 10 de julio de 1945, y el U-977, que lo hizo semanas después. El presunto sumergible hallado en Necochea rompe ese esquema: no existe registro de su rendición, ni del capitán ni de su tripulación.
Esto ha alimentado durante décadas especulaciones sobre un “tercer submarino” que habría operado en secreto en aguas argentinas, posiblemente para desembarcar jerarcas nazis o materiales estratégicos en el final de la guerra.
Silencio oficial y persistencia
Ni el Estado argentino ni el gobierno alemán han emitido hasta ahora una confirmación categórica sobre la naturaleza del hallazgo. Berlín respondió a Basti que “no hay indicios” de que se trate de un sumergible alemán, y Prefectura Naval no volvió a pronunciarse tras su primer informe.
Sin embargo, el Senado nacional acaba de reconocer la trascendencia del descubrimiento. Para Basti y su equipo, el respaldo legislativo es un paso clave en un camino que, desde hace años, transitan casi en soledad.
“La historia oficial aún no ha dado respuesta a muchas preguntas”, sostiene el investigador. “Pero nosotros vamos a seguir buscando, aunque sepamos que nos enfrentamos a décadas de silencio y negación”.
La declaración del Senado no cierra el misterio: por el contrario, lo instala en la agenda pública con más fuerza que nunca. El caso del posible submarino alemán hundido frente a Necochea promete abrir un nuevo capítulo en la historia naval argentina y en el debate sobre la Segunda Guerra Mundial en el Atlántico Sur.