Deportes | 24 oct 2024
Copa Sudamericana
Lanús rescató un valioso empate en Brasil y se juega el pase a la final en La Fortaleza
El Granate se llevó un puntazo que sostiene la ilusión y mantuvo el invicto como visitante en el Mineirao, nada menos. Pudo ser victoria, pero a Bou le anularon un gol por un offside milimétrico.
En el mítico Mineirao y con un contexto totalmente desfavorable (nueve partidos sin ganar ni jugar bien y una catarata de lesionados que obligó a Zielinski a armar un equipo remendado que ni siquiera pudo completar el banco de suplentes), Lanús jugó contra uno de los grandes brasileros de visita, 57.158 personas en contra y un arbitraje localista de Andrés Matonte.
Con ese panorama, el Granate se plantó. Jugó como un equipo de verdad: sabiendo sufrir cuando había que hacerlo, porque era inevitable, sabiendo manejar los tiempos del partido como un club copero, entendiendo los momentos para guardar la pelota, olfateando sangre cuando los brasileños mostraban que no son el cuco que parecían ser, que estaban nerviosos con la histeria de su propia gente que los silbó al terminar el primer tiempo y que murmuró ante cada pase atrás.
Lanús no merecía perderlo. Mereció, de hecho, llevarse un triunfo histórico de esta cancha y pudo hacerlo si el golazo de Bou, anulado por un offside previo, que en otra época era de misma línea, era convalidado.
El 0-1 de Kaio Jorge, el 9 estrella de Cruzeiro que estuvo muy contenido en casi todo el partido, no le hacía justicia a un trámite que había sido granate: fueron apenas esos primeros minutos del segundo tiempo, especialmente con el ingreso del platinado Mateus Vital, el Deyverson de ellos, cuando el equipo del Ruso pasó momentos de zozobras. Así llegó el gol tras un tiro del rubio que KJ remató tras el rebote de Losada.
Pero Lanús no se derrumbó. Cuando Cruzeiro parecía agrandarse, aguantó, y de a poco fue construyendo el empate que estuvo al caer hasta ese cabezazo inolvidable de Ramiro Carrera tras el tiro de esquina de Marcelino Moreno. Calcado al que alguna vez hizo en esta cancha Jonatan Maidana para otra noche histórica para el fútbol argentino, en aquel 3-0 del River de Gallardo.
El gol de RC32 vale por el esfuerzo de todo un equipo, por el de un Felipe Peña Biafore que jugó todo el partido como un tipo con mil partidos de estos en el lomo, por el ida y vuelta de Cáceres y sobre todo de Soler, por la banca del Cali Izquierdoz y de Gonzalo Pérez atrás, por el sacrificio de Moreno y Bou para aguantarla arriba y generar espacios clave.
Lanús se lleva un puntazo que sostiene la ilusión para volver a la final de la Copa Sudamericana, una Copa que sostiene a este ciclo y que le sienta tan bien al Granate que en la noche del miércoles en el Mineirao mantuvo el invicto como visitante en todo el torneo, con tres triunfos y tres empates cada vez que pasó por migraciones. No es poco.
En siete días, La Fortaleza estará a tope con 40.000 hinchas. Hinchas de una ciudad que, representada por un grupo de jugadores en la cancha y por otros tantos en las tribunas, puede sentir el orgullo de haber hecho pata ancha en un templo del fútbol. La revancha tendrá que ser de Lanús: ya demostró que tiene con qué soñar.