

Casi un centenar de personas murieron por las inundaciones en Valencia, en el sureste de España, y decenas están desaparecidas, tras las lluvias torrenciales de las últimas horas que dejaron impactantes escenas de ríos de agua arrasando con calles y arrastrando autos.
El último balance comunicado por las autoridades informaba de 95 muertos, 92 de ellos en la Comunidad Valenciana, la región más afectada. Otros dos fallecieron en la vecina Castilla-La Mancha y un tercero en Andalucía. Los equipos de rescate españoles siguen este jueves con la búsqueda de víctimas de las peores inundaciones en más de cincuenta años en el país.
Este saldo, el más elevado desde unas inundaciones que dejaron 300 muertos en octubre de 1973, "va a aumentar" porque hay todavía "muchos desaparecidos", admitió el miércoles el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres.
Se trata del tercer mayor desastre natural de la historia de España, que también dejó sin luz a alrededor de 150.000, mientras que otros 120.000 estaban sin internet. Mientras que aún fallan las conexiones telefónicas, la luz fue restableciéndose paulatinamente.
"Empezó a llover y no paraba, era cantidad de agua y viento inmenso", contó después Ezequiel Paredes, un argentino voluntario residenciado desde hace año y medio en España. "Hay gente que no volvió a su casa" después de que empeoró la tormenta porque quedó varada, agregó. Paredes colaboró con el personal policial, ayudó a rescatar animales y está atento a cualquier labor que requiera la ayuda de los voluntarios.
Más de mil militares fueron desplegados en el terreno, principalmente en la zona de Valencia, en el este, junto a bomberos, policías y socorristas que intentan localizar eventuales sobrevivientes y despejar los numerosos destrozos ocasionados por el temporal.
"Toda nuestra solidaridad y el afecto a las familias de las personas que han fallecido en esta tragedia y a quienes a esta hora siguen buscando a sus seres queridos. España entera llora con todos y con todas vosotros", señaló el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde el Palacio de la Moncloa.
"Las administraciones públicas están trabajando, estamos trabajando de forma coordinada para hacer lo posible y vamos a poner todos los medios necesarios hoy, mañana y el tiempo que haga falta para que podamos recuperarnos de esta tragedia, no os vamos a dejar solos", agregó Sánchez, quien declaró tres días de luto nacional.
Según las autoridades, una de las localidades más afectadas es Paiporta, en la periferia sur de la ciudad de Valencia. Una cuarentena de personas murieron allí, entre ellas una madre y su bebé de tres meses arrastrados por la corriente.
El presidente regional de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, dijo el miércoles que los servicios de emergencias habían efectuado durante la jornada "200 rescates terrestres" y "70 evacuaciones aéreas" con helicópteros.
Según la agencia meteorológica AEMET, en la noche del martes y la madrugada del miércoles varias localidades de la región recibieron más de 300 litros de agua por metro cuadrado. El máximo se registró en el pequeño pueblo de Chiva, con 491 litros, el equivalente "a un año de precipitaciones", precisó.
En la Comunidad Valenciana, que había alcanzado el nivel rojo de riesgo extremo, la alerta disminuyó a amarillo (riesgo para ciertas actividades), aunque las nuevas lluvias, aunque menos intensas, continuarán elevando los caudales de los ríos y complicarán la situación.
La "gota fría" que afecta a la región es una de las peores del siglo XXI, similar a las de 1987 y la "Pantanada de Tous" de 1982, según el primer balance de Aemet compartido en redes sociales. Aún faltan análisis profundos, pero el evento es descrito como "catastrófico" en términos climáticos.