Así como se describe, sin interpretaciones ni subjetividades, en la tarde del día viernes 11 de junio Ian Larsen, periodista de nuestra localidad publicaba en sus redes sociales que –mientras atraviesa un cuadro de Covid 19-  esperó durante cuatro horas la atención de un médico en el hospital modular “que nunca llegó. Solo una enfermera que hace todo sola desde la mañana.” El periodista denunciaba también que había gente desde las 9 de la mañana esperando y tampoco fueron atendidos.

En las últimas semanas, este tipo de denuncias contra la gestión sanitaria local parecen corrientes. El miércoles pasado, si dos días antes, el diario web local Cuatro Vientos publicaba una nota titulada “Lo dejaron morir” Denuncian por abandono de persona al municipio en un posible caso de CoVID19.  

La nota hace referencia  a la situación que habría atravesado el comerciante local Mario Palmieri (Cantina Don Mario) que según su hija Tania llamó “dos veces la ambulancia  […] esperando más de dos horas rogando que por favor me envíen la ambulancia” y que las dos veces que fueron solo le tomaron el pulso y la presión de Palmieri para luego retirarse. “La tercera vez que fueron, constataron el deceso.”  “Fue dos veces anteriormente de encontrarlo sin vida y me dijo que estaba bien que era producto de la fiebre, que lo hisope, ante lo cual mi mama le informa que papá no podía moverse de la debilidad que tenía, que necesitaba un traslado al hospital ya que hacía más de 5 días que no se alimentaba ni se hidrataba.”

Relatos como estos inundan las redes sociales, y corren como reguero de pólvora por whatapp, advirtiendo el gravísimo estado de impericia sanitaria desarrollado por el gobierno municipal de Arturo Rojas y su Secretaria de Salud Ruth Kalle.

Ahora bien, mientras Larsen y decenas de vecinos esperaban en el hospital un médico que no llegó, en su nuevo local partidario ubicado en Avda. 59 y a la misma hora, el Intendente Arturo Rojas junto a su gabinete anunciaba a militantes y funcionarios que “Este va a ser un año importante para nuestro espacio”, lo cual sin dudas va a ser así para el incalculable número de funcionarios invisibles con sueldos superiores a ministros nacionales, asesores y cientos de militantes empleados por la municipalidad durante este último tiempo.

Despojado de cualquier preocupación por la situación que atravesaban los pacientes de Covid agolpados en la sala de emergencia del hospital que tiene a su cargo, el intendente se lamentaba (literal) por no poder “hacer una inauguración formal de nuestro espacio” y resaltaba la importancia de que “todos los funcionarios salgan a defender este proyecto, más allá de quienes estén o no en la lista.”

Al parecer, y de sus propias palabras, se desprende la prioridad de que, en el medio del caos sanitario, respiradores al 100%, muertes diarias records, y una desesperación generalizada de la población, sus funcionarios pongan todo su esfuerzo y prioridad en la defensa del proyecto político de la Nueva Necochea, lo cual pareciera, y en vista a lo que sucede en el  hospital, se lo estarían tomando muy a pecho.

En vistas de las prioridades de la población, hoy tan básicas como sobrevivir al virus y comer, el lanzamiento político del espacio del Intendente, parece al menos, y como poco inoportuno.