Con su designación frenada por semanas, se cree que debido a la difusión de tuits ofensivos contra la vicepresidenta y el kirchnerismo realizados años atrás, finalmente quedó confirmado este domingo que Gabriel Rubinstein se convertirá en el secretario de Programación Económica, el segundo cargo de importancia dentro de la estructura que lidera Sergio Massa.

Desde hoy, el ministro y su nuevo vice afrontarán una semana en la que deberán tomar, o al menos terminar de preparar, decisiones inminentes en materia fiscal y de gasto público, una señal salarial, el inicio de las conversaciones con el Fondo Monetario, el ingreso de divisas por parte de exportadores, cambios regulatorios para la construcción y la minería, además de una flexibilización de importaciones.

Todos estos desafíos macro planteados como el segundo capítulo del paquete de anuncios del funcionario tigrense tendrán ahora la supervisión del economista y consultor, que tendrá entre sus prioridades puestas en la cuestión fiscal, buscando recortar la velocidad del gasto público.

Pero también necesitará buscar frenar la velocidad de algunas partidas que en lo que va del año crecieron muy por encima de la inflación. En términos reales, quitando el efecto de la suba de precios, el gasto corriente creció 8,3% en los primeros siete meses del año: los subsidios avanzaron 15,2%, los sueldos públicos un 12,3%, las transferencias a provincias un 12 y, entre los gastos de capital, la inversión real directa acumula un crecimiento de 9,6 por ciento. 

Otro tema que urge es el de las reservas. Para ello, se apunta a que los exportadores adelanten parte de la liquidación de sus divisas en cuentas especiales que les darán un interés en dólares, lo que podrá hacer sumar reservas a la autoridad monetaria. 

Tal como sucedió hoy con las facilidades impositivas y el blanqueo de capitales para inversiones en el sector constructor, un proyecto que fue aprobado por el Congreso, la minería también podría ser objeto en breve de un cambio en sus reglas del juego, con un esquema de acceso a divisas similar al reglamentado para las inversiones en hidrocarburos, basado en el nivel de agregación de valor sobre el producto extraído. 

También habría, según anticipó el ministro de Economía, algún tipo de reajuste al esquema de autorización de importaciones. Massa dijo que buscará que el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) tenga, en el momento en que se aprueba, una fecha cierta de pago y trazabilidad cruzada entre la Aduana, el Banco Central y las secretarías de Comercio y de Industria.

Las críticas opositoras a la designación

Si bien el nombre de Rubinstein se viene barajando hace algunas semanas, se dio a conocer que el economista había sido vetado por el kirchnerismo, al menos en privado, por los tuits y críticas al actual gobierno y, sobre todo, a la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Oficializada la designación y conocido un escueto comunicado vía Twitter a modo de pedido de disculpas por parte del nuevo viceministro, referentes de la oposición se expresaron en redes sociales. Una de las primeras fue la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, quien expresó: “La política de nuestro país precisa de coherencia y convicción. No es bueno que un funcionario, para asumir, deba dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada. Lo de Rubinstein es un perdón armado y oportunista. Pronto llegará la Argentina del carácter y de las ideas”.

Otros que salieron con los botines de punta fueron la ex titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, y los diputados de diferentes fuerzas opositoras, como Mariana Zuvic, Fernando Iglesias, José Luis Espert, Javier Milei, Gerardo Millman o Mario Negri, quien calificó: “Poco alentador que el viceministro de Economía arranque pidiéndole perdón a la Reina”.