

El gol de Lionel Messi se gritó fuerte en Argentina, pero a los 27 minutos la definición de Lautaro Martínez generó un alarido de desahogo generalizado que se desvaneció pronto cuando el tanto se descontó del marcador y el 1 a 0 volvió a brillar a la izquierda de las pantallas.
Es que unos instantes después de ese 2-0 parcial contra Arabia Saudita, a través de una imagen computarizada, se mostró que el hombro izquierdo del jugador del Inter estaba adelantado con respecto a la marca que venía por detrás. Sin embargo, en ningún momento se vio la escena completa. ¿Qué se hubiera visto? Que había otro rival habilitando al Toro, dicen en las redes sociales.
Según informó la cuenta de Twitter Archivo Var, el bahiense estaba correctamente habilitado y su gol, el que hubiese sido el segundo de la Selección Argentina, era válido porque quien lo habilitaba era Yasir Al Shahrani, ubicado más abajo en una imagen trazada con líneas realizada por Nacho Tellado, otro usuario de la red social desde donde surgió la polémica.
Paulus Van Boekel, de Países Bajos, y Bastian Dankert, de Alemania, las autoridades VAR y AVAR del partido entre Argentina y Arabia Saudita, no tuvieron esa imagen, similar a la que se utiliza en el fútbol argentino. Por el contrario, con el nuevo sistema del offside semiautomático, se les devolvió una imagen animada en la que se utiliza inteligencia artificial y que mostró a un Lautaro Martínez en una posición adelantada milimétrica.
Luego, influyeron en otras dos jugadas que terminaron en goles de Argentina -una de Messi y otra de Lautaro- pero que no habían dejado la misma sensación que la del tanto convalidado por el árbitro esloveno Slavko Vincic y luego anulado a instancias de este nuevo VAR.
Antes del inicio del Mundial de Qatar, la FIFA exhibió con orgullo su nuevo juguete: la tecnología semiautomatizada en el VAR para la detección del offside. "Es una evolución de los sistemas de VAR que se han implementado en todo el mundo", subrayó entonces su presidente, Gianni Infantino.
"Este sistema es el resultado de tres años de investigación y ensayos de la FIFA y nuestros asociados, con el objetivo de proporcionar lo mejor de lo mejor a las selecciones, jugadores y aficionados que viajarán a Qatar", agregó. Pero en el tercer día del Mundial, esa tecnología le dio un dolor de cabeza a la Selección Argentina.
¿Cómo funciona? Lo hace a través de 12 cámaras especializadas instaladas bajo el techo de cada estadio capaces de seguir 29 puntos corporales diferentes por jugador, datos que se toman 50 veces por segundo. Esto permite determinar con gran exactitud la posición de cada futbolista en el campo de juego, así como también sus extremidades y todas las partes del cuerpo que entran en juego para validar o no un gol.
Asimismo, la pelota Al-Rhila tiene un sensor que envía datos 500 veces por segundo a la sala de videos de cada partido para detectar con precisión el momento exacto del pase. Si hay una posición antirreglamentaria, aparecerá en la sala de videos una bandera naranja indicando la posibilidad de infracción. El VAR comprobará el momento en el que parte la pelota y la línea de fuera de juego, avisando a los árbitros en menos de 25 segundos.
Con esa información, y con el offside chequeado por los árbitros, se genera "una animación en tres dimensiones que detalla a la perfección la posición de las partes del cuerpo del jugador en el momento del contacto con la pelota", según el informe que dio la FIFA. Así fue cómo se definió el offside de Lautaro Martínez, un offside que ahora parece no estar tan claro.