Un buque cargado con 72 mil toneladas de soja impactó en la noche de este lunes contra la Escollera Norte de Puerto Quequén y encendió alarmas sobre la situación del barco y la navegabilidad en la zona. La embarcación comprometida es el Tai Knighthood, de bandera liberiana, tiene un largo total de 229 metros y como destino Singapur.

Luego del accidente, el navío construido en 2021 fue trasladado algunos kilómetros adentro del mar para realizar las pericias correspondientes por parte de Prefectura Naval y evaluar si se debe descargar, definiéndose en ese exámen que no hay peligro de hundimiento y que los daños ya fueron controlados.

Según el periódico local Ecos Diarios, Leonardo Jensen, un joven pescador que había llegado hacía unos minutos a la escollera, manifestó que eran las 22:49 cuando se estaba produciendo la pleamar y se disponía a preparar las cañas. De repente escuchó el impacto y un fuerte temblor y pudo divisar un gigantesco buque de carga que había chocado contra la escollera: “No vi venir al buque porque estaba armando la caña, pero escuché como un soplido", señaló.

De acuerdo al testimonio de la misma persona, que fue testigo presencial del accidente junto a otras varias que se encontraban en el lugar, dos remolcadores realizaban la maniobra con el buque.

De acuerdo a la información ofrecida por Infobae, el buque "rozó contra la escollera norte y casi se hunde", mientras realizaba "las maniobras de salida". El siniestro "ocurrió pasadas las 22:30 cuando el barco zarpó desde el Giro Nº 3 del puerto con una carga de 72.600 toneladas de soja, con destino Singapur. Según el informe pre pericial, la avería en su casco afectó la quilla, pero la inundación está controlada y no hay peligro de hundimiento.

Desde el medio agregan que, "en el marco de las primeras averiguaciones, se pudo saber que el buque se desgobernó (pérdida de control en su maniobra) generando una aproximación excesiva contra la escollera norte, lo que habría provocado una rozadura y posterior fisura en el casco, con ingreso de agua, situación que fuera inmediatamente controlada por la tripulación".

Peritos navales indicaron que "para que se hunda un buque de más de dos cuadras de largo tiene que ser un daño muy importante, algo imposible de que ocurra en una maniobra de salida", mientras que "se está determinando si el choque de la nave con la escollera se debió a un error en la maniobra o si el buque sufrió pérdida de la propulsión, con lo cual quedó a merced de la corriente y no pudo ser contenido por los remolcadores que lo asistían en la maniobra de zarpada".