Mundo | 2 ene 2023
Brasil
Asumió Lula da Silva y ya firmó 13 decretos presidenciales
Miles de personas se movilizaron por las calles de Brasilia mostrando su alegría por el regreso del mandatario, quien inició su tercer periodo de gobierno exactamente 20 años después del primero, ante la presencia de 19 mandatarios internacionales y delegaciones de más de 60 países.
Lula da Silva asumió este domingo 1º de enero como presidente de la República Federativa de Brasil. Lo hizo desde la sede del Congreso Nacional en Brasilia, junto a Gerardo Alckmin, ahora vicepresidente. "Si estamos aquí es hoy es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña y al frente democrático que formamos a lo largo de esta histórica campaña electoral. Fue la democracia la gran victoriosa en esta elección", dijo al iniciar el discurso de inicio de su tercer mandato presidencial, exactamente 20 años después del primero, ante la presencia de 19 mandatarios internacionales y delegaciones de más de 60 países.
En el mismo día de su investidura, firmó un total de trece decretos, que en su mayoría preparan el terreno para una amplia revisión de muchas de las políticas impulsadas por el anterior Gobierno, revocando polémicas medidas dictadas por el exmandatario Jair Bolsonaro en materia de armas y medioambiente.
Lula firmó trece decretos, en su mayoría revocando polémicas medidas dictadas por Jair Bolsonaro en materia de armas y medioambiente.
En el primero de los temas, Lula suspendió la emisión de nuevos permisos para la compra y la creación de clubes de tiro, ordenó que sea hecho un nuevo registro de todo el armamento adquirido por civiles en los últimos cuatro años y que se cree en el Ejecutivo un grupo de trabajo dedicado a definir una nueva política de desarme.
En el apartado medioambiental, determinó la reactivación del llamado Fondo Amazonía, constituido con donaciones de Alemania y Noruega para contribuir con la protección de la Amazonía y que había sido suspendido por decisión de Bolsonaro en 2019. Ese fondo cuenta actualmente con unos 600 millones de dólares, que el nuevo Gobierno rescatará y utilizará en programas que serán definidos por el Ministerio de Medio Ambiente.
El nuevo mandatario también decidió revocar un decreto dictado por Bolsonaro en los últimos días de su mandato, según el cual se ampliaban las licencias para la explotación de recursos minerales en la región amazónica e incluso en las tierras indígenas.
Otra decisión formalizada por Lula, que fue una de las promesas de su campaña, ha sido determinar que sea revisada en un plazo de 30 días una serie de decretos del líder de la derecha que habían establecido un secreto de cien años sobre diversas cuestiones de la administración pública o incluso sobre asuntos personales del ahora exmandatario y su familia.
Entre estos últimos, Bolsonaro había incluido en esa información clasificada todo lo relativo a su salud, lo cual impidió que la sociedad supiera si realmente no se había vacunado contra la covid, como asegura hasta ahora.
En otro de los decretos firmados este domingo, también dio cumplimiento a una de sus promesas de campaña y excluyó de un plan de privatizaciones elaborado por el Gobierno de Bolsonaro a las estatales Petrobras, Correos y Empresa Brasil de Comunicación (EBC).
La asunción
Lula llegó hasta la sede legislativa en un Rolls Royce descapotable, algo sobre lo cual se había mantenido una incógnita hasta último momento producto de las amenazas ocurridas en días anteriores en la capital del país. Su recorrido en auto bajo el sol tropical de Brasilia disipó las últimas tensiones de una transición difícil, marcada por incidentes protagonizados por bolsonaristas y la partida del expresidente a Estados Unidos el viernes. Las palabras de Lula sobre el saliente mandatario recluido en Orlando fueron contundentes: lo señaló de haber llevado adelante un "proyecto autoritario de poder" y de una "destrucción nacional" que estuvo "inspirada en el fascismo”.
Se sabía que el respaldo en las inmensas avenidas de Brasilia sería grande en vista de la expectativa por el regreso de Lula, traducida en la movilización de personas venidas de todo el país. Pudieron verse banderas de sindicatos, movimientos campesinos, urbanos, partidos de izquierda, progresistas, pueblos indígenas, afrobrasileños, diversidades sexuales, académicos, religiosos, clases medias, familias, mucha juventud y mujeres. Las calles dieron cuenta de la gran cantidad de sectores sociales que fueron parte de la campaña por el nuevo gobierno del líder del Partido de los Trabajadores (PT).
La ausencia de Bolsonaro significó durante días la pregunta de quién le entregaría la banda presidencial, en vista de que el vicepresidente saliente Hamilton Mourao, ya había anunciado que tampoco lo haría. La respuesta llegó cuando Lula finalmente caminó por la rampla del Palacio del Planalto: la cinta verde y amarilla fue colocada por Aline Souza, una mujer negra de 33 años, cartonera, madre, que subió junto a una delegación de varias personas, como el cacique Raoni Metuktire y un joven obrero metalúrgico, en representación de la diversidad del pueblo brasileño. Lula recibió la banda emocionado, como durante varios momentos de la tarde.