jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

Mundo | 9 ene 2023

Golpe a la democracia

Miles de bolsonaristas invadieron el Congreso y el Palacio del Planalto

Los militantes del exmandatario de ultraderecha reclamaban un golpe de Estado. Parte de la horda llegó procedente del Cuartel General del Ejército, donde fue montado un campamento contra la llegada de Lula a la presidencia.


Brasil es un caos y la preocupación es palpable. La irrupción de cientos de seguidores de Jair Bolsonaro en el Congreso, el palacio presidencial y la sede de la Corte Suprema dejó en claro que el bolsonarismo radical no se quedará cruzado de brazos a esperar que Luiz Inácio Lula da Silva termine su mandato en 2027.

En la tarde de este domingo, cientos de personas superaron la barrera policial y subieron la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de Diputados y del Senado, y los jardines del Planalto y los Tribunales, en Brasilia, pidiendo una intervención militar para derrocar al presidente, quein se encontraba en el interior de Sao Paulo cuando se produjeron los ataques.

 

 

Efectivos de la seguridad del Tribunal Supremo Federal y de fuerzas de choque de la Policía Militar del Distrito Federal conseguieron recuperar el control de la sede cerca de una hora después, reteniendo a algunos de los asaltantes en el garaje del edificio. Los policías antidisturbios accedieron al palacio presidencial de Planalto, sede del Gobierno de Brasil, subiendo la rampa que da acceso a la primera planta disparando gases lacrimógenos, mientras otro grupo de uniformados rodeaba el edificio.

Las imágenes difundidas en redes sociales muestran a manifestantes vestidos de verde y amarillo irrumpiendo en la sala principal de audiencias del Tribunal Supremo Federal y rompiendo cristales y mesas.

 

"La sede del Supremo ha sido asaltada este domingo junto con las sedes del Congreso y el Palacio de Planalto por partidarios de Bolsonaro que exigen un golpe de Estado de las Fuerzas Armadas y la detención del nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva", informaron medios locales.

 

En el gobierno descuentan que el ala dura de la ultraderecha no parará hasta que se cumpla la premisa plasmada en un tuit por Eduardo, uno de los hijos del expresidente, el mismo día de la asunción del sucesor de su padre: “Fora Lula (afuera Lula)”.

El mandatario sabe que los responsables del fallido intento golpista no son solo esos cientos que participaron el domingo en la toma de las instituciones que conforman la base de la democracia. Es consciente de que tiene que actuar con firmeza e ir a fondo. Quiere individualizar a cada uno de los financistas de este movimiento que jaquea no solo a su gobierno, sino a todo un país.

En ese escenario, las sospechas apuntan a un sector del agronegocio, el principal motor de la economía y el gran aliado de Bolsonaro durante su mandato. Las miradas apuntan en especial a un grupo beneficiado por la política de deforestación del Amazonas que reinó en los últimos cuatro años y que posibilitó además el auge del "garimpo" (minería ilegal).

 

 

Lula prometió un giro de 180 grados en la política ambiental. Designó como ministra a Marina Silva, una ambientalista prestigiosa a nivel mundial, con el fin de alcanzar una "deforestación cero" en el Amazonas. Pero fue más allá: creó un Ministerio de los Pueblos Indígenas, que estará a cargo de Sônia Guajajara, una activista aborigen muy reconocida en el país y el exterior.

Esta nueva política oficial causó el rechazo de un grupo del agronegocio. "Con seguridad" esos son algunos de los sectores involucrados en este intento golpista, dijo a TN la coordinadora de la Asociación de Defensa Etnoambiental Kanindé, Ivaneide Bandeira Cardozo. "Pero también se debe apuntar a políticos" que están detrás de todo esto, afirmó.

Lula prometió en un breve discurso brindado ayer que buscará "descubrir quiénes son los financistas de estos vándalos". Tras responsabilizar a Bolsonaro, a quien llamó "genocida", acusó al agronegocio y a las mafias de la minería ilegal de financiar este movimiento golpista. "Él (por Bolsonaro) estimuló la invasión a los tres poderes siempre que pudo y eso es responsabilidad de él. El agronegocio posiblemente también estuvo allá", afirmó.

Y señaló que alguien tiene que haber financiado la comida, los viajes y el alojamiento de estos cientos de seguidores de Bolsonaro que acampan en Brasilia tras el balotaje del 30 de octubre.

En ese marco, la activista etnoambiental Bandeira Cardozo dijo que detrás de estos sectores del agronegocio hay políticos que también deben ser investigados. "La actitud de Bolsonaro de mantenerse en las redes sociales como presidente incentiva este tipo de cosas", señaló.

Además, pidió investigar cómo se organizaron estos sectores golpistas a través de las redes sociales. "Se deberían cancelar las cuentas que promueven el terrorismo. Facebook, Instagram, WhatsApp y otras redes porque desde allí organizan este tipo de cosas", concluyó.

 

 

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