

Según Mayo Clinic, una entidad sin fines de lucro cuya sede central está uicada en Rochester, Minnesota, el Alzhéimer es un trastorno neurológico progresivo que hace que el cerebro se encoja (atrofia) y que las neuronas cerebrales mueran. Esta enfermedad es la causa más común de demencia, un deterioro continuo en el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales que afecta la capacidad de una persona para vivir de forma independiente.
Los científicos creen que, en la mayoría de los casos, es consecuencia de una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. En la actualidad, se sabe que como mínimo un 60% de los casos de demencia en América Latina pueden ser evitados si las personas adhieren esta última pauta.
Para que esto sea efectivo y realmente se pueda lograr la prevención de dicha enfermedad, es necesario tener buenos hábitos durante todo el ciclo vital y no solo en la tercera edad. "Actividades como hacer ejercicio físico programado de forma periódica, adherir a un patrón de alimentación saludable, priorizar un sueño reparador, manejar el estrés y evitar hábitos tóxicos como el consumo del alcohol y del tabaco no solo previene el deterioro cognitivo y la demencia sino que además enlentece su progreso si es que ya se recibió el diagnóstico", aseguró hace un tiempo la neuróloga especialista en medicina del estilo de vida, Celeste Esliman (M.N. 152999).
"Al día de la fecha no existe ningún tratamiento que pueda revertir la enfermedad en ningún estadio, pero estamos esperanzados de que en los próximos años surgirán nuevas terapéuticas que nos permitan revertirla", sostuvo, además.
Como paliativo, los profesionales recomiendan consultar a un neurólogo para poder realizar una correcta anamnesis clínica, un examen físico completo y solicitar los estudios complementarios correspondientes. Luego, se interpretan estos resultados y, de ser necesario, el profesional puede indicar un abordaje integral para enlentecer la progresión de la enfermedad lo más posible.
Un estudio realizado por la Universidad de Medicina de Chicago indica que detectaron lo que parecería ser un síntoma temprano del Alzheimer en personas adultas. Según los investigadores que encabezaron el análisis, el rápido declive del sentido del olfato durante la cognición normal es un indicador para detectar si alguien puede sufrir deterioro cognitivo en un futuro.
El seguimiento se realizó en 515 adultos mayores y se publicó en Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association. En el mismo se detectó que la pérdida del olfato puede ser predictora de cambios estructurales en regiones del cerebro que son importantes para el desarrollo de la tan temida enfermedad de Alzhéimer y la demencia en general.
Durante los años en los que se llevó a cabo la investigación los pacientes seleccionados se sometieron a pruebas anuales para comprobar su capacidad de identificar ciertos olores, su función cognitiva o los signos de demencia. A algunos individuos también se les realizó una resonancia magnética. Tiempo después los científicos descubrieron que un rápido declive del sentido del olfato de una persona durante un período de cognición normal vaticina múltiples características de la enfermedad de Alzheimer, incluyendo un menor volumen de materia gris en las áreas del cerebro relacionadas con el olfato y la memoria, una peor cognición y un mayor riesgo de demencia.
Para la doctora Esliman, si bien hay diferentes variantes, los síntomas clásicos al comienzo de la enfermedad son los olvidos de hechos recientes como citas o fechas importantes, hacer preguntas de forma reiterativa o contar la misma historia varias veces en un corto periodo de tiempo.
En los casos en los que la enfermedad ya se encuentra más avanzada son frecuentes la falta de juicio y el poco criterio en la toma de decisiones.
"Pueden acompañar otros síntomas cognitivos como problemas para comunicarse, dificultad para nombrar cosas o personas; desorientarse o tener dificultad para calcular distancias; para planificar o resolver problemas, tener dificultades con el manejo de electrodomésticos, cajeros automáticos; confusión respecto al día, mes y estación del año; perder objetos o guardarlos en lugares inapropiados o infrecuentes; y también síntomas conductuales como cambios de humor, ansiedad e irritabilidad", añadió la profesional.