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Deportes | 24 mar 2023

Campeones del Mundo

La Selección Argentina vivió una fiesta emotiva y monumental

Entre los reiterados reconocimientos del público, hubo fuegos artificiales, espectáculos de todo tipo, emoción y un partido de por medio. La albiceleste le ganó 2 a 0 a Panamá, con goles de Almada y Messi, un resultado que solo sirvió para engrosar la estadística.


El primer amistoso de la Selección Argentina después de la conquista del Mundial de Qatar 2022, en el estadio de River Plate, terminó con victoria 2 a 0 sobre Panamá, con goles del ingresado Thiago Almada y del capitán Lionel Messi, de tiro libre y a pocos minutos del final.

Pero, sin lugar a dudas, a las 83 mil personas de todo el país que desde muy temprano fueron llenando el estadio y regalando un clima mundialista a las calles de Núñez, lo que les interesaba era celebrar y homenajear a sus ídolos. Y "la fiesta de los campeones", fue completa en el (Mâs) Monumental.

Más de cuatro horas antes del arranque del encuentro, la gente empezó a disfrutar de una jornada especial, histórica, por donde se la mire. Hubo mucha emoción, miles de camisetas celestes y blancas, y más de uno llorando por la emoción que genera tener a los ídolos cerca, en muchos casos por primera vez.

 

 

Adentro del estadio, el DJ Fer Palacios empezó a calentar la fiesta apenas pasadas las 16. Luego, se proyectó "La película de los campeones" y, enseguida, se subieron al escenario Los Totora. Luego volvió Fer Palacio y apareció en escena La T y la M. Todo, a pura fiesta, con banderas argentinas, carteles, gorros y muchísimos con la camiseta de Messi y de otros campeones.

Minutos antes de las 19, se produjo el primero de los momentos más emocionantes de la noche. Para no romper las cábalas, Rodrigo De Paul y Leandro Paredes entraron al campo de juego para comer caramelos en el punto central y, ahí nomás, empezaron los gritos de euforia de los hinchas, al ritmo de "y ya lo vé, somos campeones otra vez..." primero, y del famoso "Muchaaaachos..." después, hasta que apareció "el que no salta es un inglés" y los propios jugadores se levantaron del piso en el centro de la cancha.

Un ratito después, aparecieron "Tula" y Fernando Romero, el creador de la letra de la inolvidable canción de La Mosca que acompañó la gesta en Qatar y el estadio pareció explotar. También se proyectó en el terreno de juego una filmación con la película de los campeones mundiales. Hubo jugadas y goles que ya son historia y quedaron grabados a fuego en los hinchas, atajadas de Dibu y las definiciones por penales. El público gritó y festejó como si fuera en vivo la coronación.

Pasadas las 19:30, Emiliano Martínez salió al terreno del Monumental y el estadio estalló al ritmo de "Olé, olé, olé, olé, Dibu, Dibu...". El arquero agradeció los cantitos y, acto seguido, empezó a hacer su bailecito arengando a la gente. Lo que siguió fue la aparición del 10, quizás el momento más esperado por todos. Fervor, gritos, delirio absoluto. El mejor del planeta fútbol provocó la mayor ovación de esta fiesta inolvidable. El crak rosarino saludó, a la vez que entró en calor con sus compañeros, listos para el partido frente a Panamá.

 

Cuando la voz del estadio anunció la formación de la Selección para medirse con Panamá, los aplausos y gritos fueron in crescendo. Los integrantes del plantel tuvieron su reconocimiento con su foto en pantalla gigante. 

 

A modo de presentación oficial, se desplegó en el centro de la cancha una camiseta gigante de la Selección Argentina, actualizada con las tres estrellas, por los títulos en los Mundiales de Argentina 1978, México 1986 y Qatar 2022. Y fue muy emotiva la recepción de las familias, con esposas, hijos y padres de los jugadores, al ingresar al terreno para el encuentro.

 

 

Cuando el partido se asomaba, el equipo hizo su entrada al Monumental y volvieron a llover los aplausos y gritos. El capitán Messi, como cada uno de sus compañeros y el técnico, se mostraron emocionados, sonrientes, gozando de un festejo particular, realmente inolvidable. Hubo emoción a flor de piel, viviendo un momento soñado, con un sabor inigualable en casa.

Y llegó el turno del himno nacional, que lo entonó Ariel Ardit, acompañado por miles y miles de voces en el estadio. Pegadas a una línea de cal, las esposas y parejas de los jugadores locales filmaron con sus celulares, con evidentes gestos de emoción y satisfacción. Y llegó la hora del juego, del primer amistoso oficial tras la coronación mundialista.

Después del 0-0 del primer tiempo, se lució el rapero Wos. Los hinchas volvieron a cantar, a la espera de los goles para tener una noche ideal, perfecta. Scaloni dispuso de distintas tandas de modificaciones, hasta realizar los seis cambios de campo permitidos. Y cada jugador que entró, igual que el salió reemplazado, se llevó el reconocimiento de la gente.

 

 

Tras buscar y buscar, y no poder marcar, al final llegó el gol de la Albiceleste. Fue Thiago Almada el encargado de abrir el marcador en la noche porteña, tras varios rebotes. Y fue una felicidad plena para el joven que juega en el fútbol de Estados Unidos, por tratarse de su primera anotación con la Selección mayor de su país, justo frente a su familia y amigos.

Pero si algo más hacía falta para ponerle el moño a esta noche de emoción y reencuentro, llegó Messi, luego de intentos fallidos de tiro libre, para convertir por esa vía, a un minuto del final del partido. El 10, con los brazos en alto, se mostró feliz, con la sonrisa a flor de piel. 

Ya para el final de la fiesta llegó La Konga, para cerrar el festejo a pura felicidad y baile en las tribunas. Minutos antes, el capitán había vuelto a levantar la copa y pronunciado un discurso en el que reconoció a los que no pudieron estar, a sus ex compañeros. También Scaloni quiso hablar, pero las lágrimas taparon a las palabras.

Messi y el entrenador recibieron distinciones especiales por parte de la AFA y se proyectaron imágenes del proceso vivido por la Selección durante el Mundial de Qatar. Hubo fuegos artificiales y los jugadores armaron una ronda grande en la mitad de la cancha y saltaron y cantaron como cada uno de los simpatizantes en las tribunas. Realmente, sensacional, para guardar en el baúl de los más hermosos recuerdos.

Hubo más aplausos, sobre todo cuando los jugadores celebraron con la copa con sus esposas e hijos, recorriendo el campo de juego. Sin dudas, un desenlace de ensueño para cada uno de estos futbolistas. 

 

 

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