

Especulando llegar a las elecciones generales con mayor certidumbre y ante la disparada de los precios, el Gobierno nacional acordó con las principales petroleras un congelamiento del valor de los combustibles hasta el próximo 31 de octubre, aunque esta medianoche la estatal YPF se plegará al aumento del 12,5%, en línea con lo que ya hicieron la mayoría de las compañías del sector privado.
La suba de las naftas y el gas oil se produce después de que venciera el acuerdo para aumentar 4 a 4,5% mensual los combustibles y tras la devaluación del 22% del peso que dispuso el lunes el gobiberno, en acuerdo con el FMI.
Luego de esas medidas, las estaciones de servicio de Shell, Axion y Puma Enegy incrementaron casi instantáneamente sus precios, situación que descontroló los precios de los fletes y, por ende, de otros productos de consumo básico.
Cuando la petrolera de bandera nacional aplique el nuevo aumento, los precios quedarán congelados, mientras que para el sector "habrá beneficios fiscales que pueden ser quitados si las empresas violan el acuerdo", indicaron desde Economía, adelantando que "se activará en la Secretaría de Energía un sistema de denuncias", ante posibles incrementos.
Vale destacar que en el país el sector de combustibles no está regulado. Sin embargo, el Gobierno incide sobre el precio a través de YPF, qe venía actuando como reguladora del mercado hasta esta disparada solitaria de dos de las multinacionales. En esta ocasión, las petroleras se anticiparon y decidieron no esperar las negociaciones con el Palacio de Hacienda.
En el año, los precios de la nafta y el gasoil subieron en promedio 63%, en línea con la inflación acumulada hasta julio. Sin embargo, en el mismo periodo aumentó la brecha de precios entre el valor local del barril de petróleo (US$63, aproximadamente) con la cotización internacional del Brent, que está en US$84.