Deportes | 24 jul 2024
Juegos Olímpicos
En un papelón organizativo, Argentina pasó del empate agónico a la derrota con Marruecos
La igualdad llegó luego de 15 minutos de adición, cuando los hinchas de Marruecos tiraron una bomba de estruendo e invadieron el campo de juego. El seleccionado nacional se retiró y el encuentro quedó suspendido a la espera de la resolución de las autoridades. Finalmento
El debut de la Selección Argentina Sub 23 en los Juegos Olímpicos de Paris 2024 pasó de tener un final digno de película heroica a una de terror: le empató en el último minuto de 15 adicionados a Marruecos, pero lo incidentes dejaron en suspenso el final. En la reanudación, casi dos horas después, el VAR anuló el gol y el triunfo 2-1 quedó para los africanos, en el Stade Geoffroy Guichard, de Saint-Étienne.
Luego del empate agónico, tras perder por 2, el gol de Medina decretó que el partido fuera suspendido por la caída de una bomba de estruendo y otros proyectiles, y la invasión del campo de juego. El equipo de Javier Mascherano jugó con todo en contra: 40.000 hinchas africanos, un árbitro especialmente suceptible, la presión de ser candidato por los nombres propios y un doloroso 0-2 en el inicio del ST. Y a pesar de quedar en deuda desde el juego, la Albileceste se terminaba llevando un 2-2 con muchísimo empuje.
Con los tres jugadores que acaban de llegar de la Copa América de los Estados Unidos (Julián Álvarez, Gerónimo Rulli y Nicolás Otamendi), el entrenador movió fichas en relación al Preolímpico de Venezuela, parando un 4-4-2 claro, con Almada, Medina, Hezze y Zenón en la mitad del campo, mientras que Julián Álvarez y Lucas Beltrán rotaron en el frente de ataque.
La idea siempre fue manejar la pelota con paciencia, garantizar la amplitud con los laterales (García y Soler) y brindarle a Thiago y Kevin la posibilidad de soltarse y encontrar el espacio a la espalda de los volantes de Marruecos. Pero no sucedió, a pesar de que la Selección fue bastante sólida: presionó efectivamente ante la pérdida de la pelota y no sufrió cuando decidió agrupar líneas y esperar.
La presencia de Otamendi como líder, con cuatro cortes impecables, dotó a la última línea de firmeza. Solo la magia de Ilias Akhomach y la pegada de Soufiane Rahimi habían puesto en un absoluto compromiso a Argentina, que en un visto y no visto, entre el final del primer periodo y el inicio del segundo, tenía un 0-2 en contra ante un rival muy bien armado que confirmaba su ambicioso proyecto en este torneo.
Mascherano no tardó en dar entrada a Giuliano Simeone en lugar de Kevin Zenón para dotar de más llegada a su equipo. Decisión más que acertada. El delantero del Alavés reactivó a sus compañeros y fue el encargado de darle esperanzas al acortar distancias a los 68 minutos.
Tres nuevas sustituciones y la postrera del "Diablito" Echeverri fueron las apuestas definitivas del seleccionador argentino. La Albiceleste, volcada, tuvo sus opciones, dos muy claras, un remate de cabeza de Bruno Amione y una llegada de Julián Álvarez, pero las abortó Munir El Kajoui. Con 15 minutos de adición por numerosas demoras de los africanos, tuvo que esperar hasta la última acción, para sellar la igualada.
Pero el caos del final fue en consonancia con el resto del partido, donde una serie de espectadores, algunos menores de edad, invadieron el césped de Saint-Etienne en reiteradas ocasiones. El encuentro quedó suspendido y los planteles debieron esperar en el vestuario la decisión de las autoridades,
El final fue caótico: el partido estuvo interrumpido más de una hora y 45 minutos. Se decidió que el público se retirara y con el estadio vacío, los equipos volvieron a la cancha para disputar tres minutos más.
Pero antes, el VAR llamó al árbitro a revisar el gol del empate, donde le mostraron que Amione tenía medio pie adelantado (antes de su remate) y, por lo tanto, se invalidó el 2-2. El tiempo no alcanzó para una nueva remontada argentina. Aunque el resultado quedará casi como una anécdota, luego de un partido que se extendió y deformó de forma insólita.