El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la inflación de julio se situó en un 4%, marcando una baja en el índice de precios al consumidor (IPC) respecto al mes anterior. Esta cifra, la más baja en lo que va del año, evidencia una moderada desaceleración en la tendencia inflacionaria, un aspecto que el Gobierno ha destacado como positivo.

El análisis interanual muestra un incremento del 263,4%, con julio siendo el tercer mes consecutivo de desaceleración en comparación con el mismo mes del año anterior. La inflación núcleo, que excluye elementos regulados y estacionales, fue de 3,8%, reflejando una estabilidad relativa en los precios más volátiles.

Entre los sectores que impulsaron el índice, Restaurantes y hoteles lideraron con un aumento del 6,5%, mientras que el rubro de Prendas de vestir y calzado mostró el menor incremento, con un 1,6%. En cuanto a las regiones, el Noreste y Cuyo registraron las mayores subas mensuales, ambas con un 4,6%.

El Gobierno, a través de voceros como Manuel Adorni, celebró el dato y expresó optimismo sobre la continuidad de la tendencia a la baja. El ministro de Economía, Luis Caputo, había anticipado que julio podría ser el mes con la inflación más baja del año, algo que se ha cumplido según los datos oficiales.

Sin embargo, la expectativa sigue siendo cautelosa, ya que las consultoras y analistas económicos mantienen diferentes perspectivas sobre la evolución futura del IPC. Mientras algunas consultoras como C&T pronosticaban una inflación en torno al 4,4% para el Gran Buenos Aires, otras entidades como EcoGo y Analytica previeron una suba de precios más cercana al 4,1%, alineada con el dato oficial.

En este contexto, las políticas de ajuste tarifario y contención de precios regulados continúan siendo clave para moderar la inflación en los próximos meses. Aunque la tendencia de desaceleración es clara, la evolución de los precios regulados y la estabilidad del tipo de cambio serán factores determinantes para mantener este rumbo.