El periodista Horacio Castelli pone el foco en la controvertida medida de la UPC de cortar el suministro eléctrico al Casino de Necochea, a pesar de haber desobedecido una orden directa del Organismo de Control de Energía Eléctrica de la Provincia de Buenos Aires (OCEBA). Según el periodista, esta acción no solo revela un desafío innecesario sino una falta de responsabilidad por parte de las autoridades de la cooperativa.

"Para agravar la situación, la UPC ha anunciado, a través de diversos medios de comunicación, su intención de continuar con los cortes de suministro en otras dependencias municipales, salvo en las áreas vinculadas a la salud", destaca Castelli. Esta postura ha generado una gran preocupación, ya que los montos reclamados por la cooperativa parecen desproporcionados e injustificables. De hecho, las facturas del Casino superan ampliamente las del Hospital Emilio Ferreyra, que opera a plena capacidad, a diferencia del Casino, donde solo funciona la Sala de Juegos de manera limitada.

El periodista también subraya que la irregularidad del corte ha sido denunciada por Lotería de la Provincia, lo que ha tensado aún más las relaciones entre las partes involucradas. Castelli se pregunta cuál es el verdadero objetivo de la UPC, especialmente en un momento crucial en el que se discute la prórroga del contrato de concesión del servicio eléctrico por 30 años.

A pesar de la intervención de OCEBA, que ordenó a la cooperativa restablecer el servicio eléctrico al Casino, la UPC no cumplió con la directiva. Castelli considera esta actitud como incomprensible y sugiere que las autoridades de la UPC podrían estar buscando generar un conflicto con el intendente Arturo Rojas para posicionarse políticamente, poniendo en riesgo a los socios de la cooperativa.

"Es crucial recordar que los estatutos y los marcos legales que rigen a estas instituciones son estrictos y podrían llevar a una intervención de la cooperativa si persisten en este comportamiento", advierte Castelli. En conclusión, el periodista asegura que la conducción de la UPC está "jugando con fuego y, lo que es peor, lo hacen a oscuras".

La crítica de Castelli pone en evidencia una serie de problemas en la gestión de la UPC y abre un debate sobre la legalidad y la ética en la administración de los servicios públicos esenciales.