

La situación se hizo insostenible cuando la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) de Necochea comenzó a recibir numerosos reclamos de vecinos que denunciaban aumentos desmesurados en sus facturas. La presión social creció, y tanto medios locales como organizaciones de defensa al consumidor comenzaron a exigir explicaciones. Ante este panorama, OCEBA inició una investigación que destapó las prácticas fraudulentas de la cooperativa.
El problema radicaba en que, en lugar de realizar lecturas reales de los medidores de luz, la UPC estimaba los consumos de manera arbitraria. Esto representaba una clara violación a su contrato de concesión, el cual estipula que los consumos deben ser medidos de forma precisa y periódica.
Como respuesta a estas irregularidades, OCEBA dictó la Resolución Nº 193/15, exigiendo que la cooperativa anulara los cobros irregulares basados en consumos estimados y presentara toda la documentación pertinente para ser revisada. Sin embargo, la UPC no cumplió en tiempo y forma con los requerimientos del organismo regulador.
En lugar de anular las facturas erróneas, la UPC ofreció a los usuarios fraccionar los montos en cuotas, una solución que generó más tensión entre los vecinos, quienes veían cómo el problema seguía sin resolverse. En algunos casos, la falta de pago derivó en cortes de suministro, agravando aún más la situación.
Finalmente, OCEBA determinó que la UPC había incurrido en serias irregularidades, ordenando la anulación de todos los ajustes por consumos estimados y la emisión de notas de crédito para los usuarios afectados. Esta sanción no solo expuso las falencias internas de la cooperativa, sino que también marcó un precedente en cuanto a la responsabilidad que deben tener las empresas distribuidoras de servicios públicos.
En respuesta a este escándalo, OCEBA habilitó diferentes canales para que los afectados pudieran realizar sus reclamos:
Mientras tanto, las oficinas de la UPC se vieron saturadas por la cantidad de vecinos que acudieron a presentar sus quejas. Las líneas rotativas de atención telefónica de la cooperativa (432699 / 432653 / 432671 / 433131 / 433133) también sufrieron colapsos, dificultando el acceso a información por parte de los usuarios.
Este episodio dejó al descubierto las debilidades en la gestión de la UPC, la falta de transparencia en la facturación y la necesidad de que los organismos de control ejerzan una vigilancia constante para evitar que los consumidores sean perjudicados.